El SAE publica una guía práctica para la búsqueda de empleo
La Junta elabora un manual de ayuda para encontrar trabajo y enfrentarse a las diversas selecciones de personal en pleno azote de la crisis económica
En una provincia castigada por el azote permanente del paro, cualquier iniciativa encaminada a la búsqueda de empleo supone un halo de esperanza para aquellos que quieren formar parte del mercado laboral.
Encontrar trabajo no resulta nada fácil. Y menos en estos tiempos de crisis. El Servicio Andaluz de Empleo (SAE) de la Junta de Andalucía, en su empeño por romper la tendencia negativa, acaba de publicar una guía práctica para la búsqueda de empleo, un documento de unas 40 páginas que se puede descargar de la web de la Consejería del ramo (http://www.cem.junta-andalucia.es/empleo/www/herramientas/biblioteca_virtual/biblioteca.php).
En esta guía se repasan cuestiones como la elaboración de un currículum, la redacción de la carta de presentación para una empresa o consideraciones previas a emprender un negocio propio.
Sin embargo, también aborda aspectos más novedosos y desconocidos para la mayoría de demandantes. Entre ellos destacan el plan de búsqueda de empleo, cómo presentar una autocandidatura para un puesto no ofertado, la reformulación positiva de nuestros puntos débiles en una entrevista de trabajo y muchos consejos prácticos.
Para que una búsqueda, en general, dé sus frutos, es imprescindible tener claro qué se busca. Trasladado al terreno laboral, hay que reflexionar sobre en qué se quiere trabajar y qué se puede hacer para ello.
Entre ambas cuestiones debe existir coherencia, es decir, si quiero ser médico, tengo que hacer la licenciatura en la carrera de Medicina. Una vez superado este paso, la definición del perfil profesional debe incluir los conocimientos que se poseen, habilidades y capacidades, comportamientos que nos caracterizan, nuestra experiencia laboral, limitaciones actuales, tipo de actividad que se busca y condiciones de trabajo que estamos dispuestos a aceptar (salario, horario, movilidad geográfica, etc.).
La anticipación es la característica que define una autocandidatura. Así, la persona que quiere trabajar se anticipa y se ofrece a las empresas, aunque en ese momento no haya un puesto de empleo ofertado. Según esta guía para la búsqueda de empleo, las formas más frecuentes de autocandidatura son por carta, por teléfono, internet o personalmente.
Como el objetivo de esta modalidad de búsqueda de empleo es que el responsable de Recursos Humanos de una empresa pueda ubicar al candidato dentro de la organización, es importante conocer la empresa para describir qué puestos de trabajo se pueden desarrollar en función de nuestro perfil. Esta vía es eficaz para categorías profesionales como explotaciones agrícolas, hostelería y comercio.
El proceso de selección que normalmente siguen las compañías para contratar a nuevos trabajadores suele contar con fases como prueba de conocimientos, pruebas psicotécnicas (para ver aptitudes y capacidades), pruebas de simulación y entrevista de trabajo.
Esta última es una de las modalidades más frecuentes a la que todo candidato se tiene que enfrentar alguna vez en su trayectoria profesional. Hay que tener en cuenta que en ella es fundamental tanto la comunicación verbal -lo que se dice- como la no verbal -gestos, posturas, miradas, etc.-. Todo este conjunto forma parte del intercambio de información. La entrevista puede ser individual o grupal.
En las entrevistas de trabajo se valora positivamente ser tolerante al exceso de trabajo y a las situaciones tensas, ser una persona agradable, tener capacidad de organización, ser resolutivo, tener iniciativa y poseer confianza en uno mismo.
Como consejos para abordar esta situación, los expertos en la materia recomiendan ser natural y responder con claridad al entrevistador; recabar previamente información de la empresa para que las respuestas que demos sean ajustadas a la realidad; y además ser cordial y amable durante todo el encuentro.
A esto hay que añadir la reformulación positiva, técnica que consiste en transformar un aparente punto débil en una ventaja. Por ejemplo, si durante una entrevista se nos acusa de falta de experiencia para el puesto, se puede responder que se presenta, por ello, mayor capacidad de adaptación, una gran motivación o más flexibilidad para asimilar cosas nuevas.
Si, por otra parte, nos achacan que no cumplimos el perfil solicitado, se puede replicar que, pese a no cumplir todas las condiciones, uno se siente capacitado para desarrollar ese trabajo, lo cual, a su vez, le supone un reto.
Consiste en que el candidato no se venga abajo ante posibles complicaciones y demuestre que tiene recursos y seguridad en sí mismo.
Eso sí: siempre y cuando se esté convencido de antemano de aquello que se intenta vender a los demás.
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