Desde que se tuvo conocimiento de la aparición del camarón pistola en la salina de Los Desamparados y previsiblemente en otras zonas de la Bahía de Cádiz, la Delegación de Medio Ambiente del Ayuntamiento hizo saltar la alarma sobre el riesgo de que esta especie haga peligrar la existencia de algas, gusanas de sangre y otras especies animales y vegetales autóctonas de la zona.

La primera medida que se tomó fue la de solicitar una reunión a la Junta de Andalucía para intentar poner remedio.

El encuentro se celebró ayer en el Ayuntamiento de Puerto Real y contó con la presencia de la responsable de Medio Ambiente en el Consistorio, María Merello, y un técnico municipal del área. También estuvieron presentes un técnico de la Delegación Territorial de Agricultura y Pesca de Cádiz, tres científicos del programa de control de especies exóticas invasoras de la Consejería de Medio Ambiente de Sevilla, el director del Parque Natural de la Bahía de Cádiz y el jefe del Departamento de Geodiversidad y Biodiversidad, así como un técnico del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (Icman).

En esta primera reunión se abordó el problema que supone para la biodiversidad de la zona la presencia de esta especie animal exótica. Según explicó Merello al término de la reunión, "la falta de recursos económicos ha motivado que cada una de las administraciones que estamos implicadas, en la medida de nuestra posibilidades y atendiendo a nuestras competencias, estudiaremos la invasión de esta especie para seguir ahondando en las medidas oportunas para frenar su impacto negativo".

El grupo se ha emplazado para el próximo 11 de abril para poner en común las observaciones y estudios que se realicen a lo largo de este periodo.

Ene los lugares en los que se ha encontrado esta especie tienden a desaparecer las poblaciones de gusanas, camarones, coquinas y las conocidas como cigalitas.