"Somos gente pacífica, agricultores y productores, hasta que nos quiten el plato de comida. Si no nos dejan poner un plato de comida a nuestros hijos, el agricultor se transforma en guerrero". Ese es el mensaje que David Ortega, portavoz de los cientos de agricultores que llegaron hoy a la capital gaditana, transmitió a la recién nombrada subdelegada del Gobierno, Blanca Flores, y a todos los políticos del país. 

Fuera de las convocatorias de las protestas oficiales, los próximos 21 de febrero y 22 de marzo, la movilización de hoy es consecuencia, comentaba esta tarde David Ortega, de las políticas de enfrentamiento en las que lleva sumergido el ámbito político, fomentando "la individualidad y los tribalismos en vez de la unión", algo que viene bien "a nivel de clientelismo". 

En los pasados días, en ASAJA no sólo se desmarcaban del llamamiento, sino que recordaban a sus socios que la convocatoria no contaba con el permiso de Subdelegación y llamaban a actuar de forma "inteligente". La respuesta desde la Plataforma 6F Sector Primario fue que las grandes organizaciones agrarias habían "dividido, defraudado y politizado al campo": "Os valéis del miedo para amedrentar a los agricultores asociados a vuestra organización, creándoles indecisión y descontento", afirmaron, para después apuntar que utilizar el miedo ya no "iba a servir de nada".  

Muchos de los agricultores hoy presentes en la protesta sienten que las plataformas convencionales, con "intereses políticos detrás", están "deslegitimadas" para transmitir el descontento del sector: "El campo no es una cuestión monetaria o vocacional: es una forma de vida -explica Ortega-. Y eso parece que no lo entienden, esa parte sentimental se les olvida a las organizaciones, no lo tienen en cuenta".   

Miguel Mellado, pequeño productor de aceite, es uno de los agricultores que se han unido a la movilización. De la Sierra, asegura, habrán salido unos 200 tractores en una iniciativa que se ha movido de “grupo de Whatsapp a grupo de Whatsapp”. Para él, también está claro que las grandes organizaciones agrarias los han dejado de lado: “Llevan mucho tiempo escondidas, recibiendo subvenciones del gobierno. Aquí hemos salido los agricultores a pie de campo, y lo que teníamos claro era que no queríamos ver a nadie con una insignia de ninguna organización potente, política o no”. Ortega también afirma que la iniciativa reúne a agricultores que “van por libre” sin embargo, a estas movilizaciones se les achaca el estar siendo alentadas, y utilizadas, por la extrema derecha. Miguel Mellado se asombra: “Precisamente, al campo siempre se nos ha dicho que éramos del PSOE. Aquí –añade–, cada uno es de su padre y de su madre, y no ha aparecido ninguna figura política ni similar”.

Así, ante las acusaciones de formar un movimiento politizado, en la Plataforma 6F Sector Primario apuntan que la politización viene de lejos: los grandes propietarios, bajo el paraguas de ASAJA, a los que se suele asociar con la derecha; y los pequeños agricultores, bajo COAG o la UPA. Asociaciones que, aseguran en la Plataforma 6F, no han sabido defenderlos: “El sector primario es un sector muy deprimido, cansado de pedirle a nuestras organizaciones que negocien con Bruselas”, afirma Ortega. 

"Asaja nos ha copiado las reivindicaciones"

Son muchas las reivindicaciones –burocracia, seguros agrarios PAC, Cláusulas Espejo en el comercio, medioambiente...- que recogen también las organizaciones mayoritarias (ASAJA, COAG, UPA): "Es una lista de peticiones que luego ASAJA nos ha copiado", afirman en la plataforma. 

La reforma de la PAC es uno de los puntos fuertes de discusión: una normativa “cambiante”, elaborada a tiralíneas “desde los despachos” y que no tiene en cuenta las características diferenciales de cada cultivo o de cada territorio: “En el olivar en verano, por ejemplo, no te dejan arar, y es algo que se ha hecho siempre cuando hace mucho calor y se raja la tierra, para conservar la humedad. Ahora mismo, los nutrientes de mi suelo, se los está comiendo la hierba”, ejemplifica Miguel Mellado.

Y la segunda gran cuestión son los acuerdos de libre comercio que permiten la entrada en nuestro país de una producción a menor coste y sin los mismos controles: “Y así puedes ver en el supermercado maíz y boniatos transgénicos de EEUU, hortícolas de África o trigo de Ucrania”, indica Ortega.

“En Marruecos, por ejemplo, siguen produciendo con bromuro, que acelera la cosecha y está prohibidísimo –apunta Mellado–. Todos los peces gordos del negocio se han ido allí: mercado libre, sí, pero con las mismas condiciones”.

A todo ello, se suma un escenario inflacionario en electricidad y transporte que hace que elementos como el diésel, el pienso y el mismo mantenimiento estén disparados. “Todo el mundo sabe que si pagas cuatro euros por los pimientos, nosotros nos llevamos 80 centímos –añade Miguel Mellado–. Así que hasta los iban detrás de nosotros en la retención nos daban ánimos”.

Las movilizaciones ‘alternativas’ proseguirán hasta que haya alguna respuesta efectiva. Respeto a las movilizaciones oficiales, las previstas para el 21 de febrero y 22 de marzo, en quienes ayer protestaban hay dudas sobre si apoyarlas o no: “¿Ahora quieres movilizarte, después de años sin hacer nada? –reflexiona Mellado–. Pues no sé lo que haremos, aunque posiblemente los dejemos colgados y nos movamos por nuestra cuenta”.