Aunque la historia ya le precede y no es un secreto de museo, para muchos gaditanos quizá pase desapercibido el hecho de que los astilleros de la Bahía también construyeron submarinos. Sus nombres están recogidos en los paneles del taller de forja. El primero, el submarino de Isaac Peral, del mismo nombre, botado en La Carraca el 8 de septiembre de 1888. Este año se cumplirán 125 años de aquél evento y ya se están preparando unas jornadas para celebrarlo. Proseguimos el recorrido y nos encontramos con otro hito importante, el submarino E1 que se hace en Cádiz y botado el 22 de octubre de 1930. Este submarino tiene una enorme historia detrás. Incluso fue objeto de un largometraje que se estrenó en el festival Alcances. José María Molina recuerda que "en aquella época, la tecnología de los astilleros era básicamente británica para hacer los submarinos. Echevarrieta -propietario del astillero de Cádiz- era amigo de determinados empresarios alemanes e intentó meter técnicas alemanas. Por su parte, los alemanes intentan introducir esa tecnología porque ellos no la pueden desarrollar en su país por las condiciones tan estrictas de la paz de Versalles. Se encuentran dos intereses: los españoles de Echevarrieta que plantea darle cancha a la tecnología alemana, y por otro lado, la de los alemanes, por tener un submarino que ellos no pueden desarrollar. El E1, construido en el astillero de Cádiz con una serie de condiciones que puso Alfonso XIII, va a ser la base de los submarinos alemanes que serán fundamentales en la Segunda Guerra Mundial. Al final, el astillero se queda sin comprador, la Armada Española tampoco lo compra y se lo lleva la Armada de Turquía".