Decenas de miles de cajas de botellines de Coca-Cola, de otros refrescos y de botellas de alcohol siguen sin repartirse desde la semana pasada en buena parte de la provincia. Permanecen 'secuestradas' en las instalaciones de Occidental Distribución y Logística, en el polígono industrial Pelagatos, en Chiclana, Cádiz, como consecuencia del paro de transportistas convocado por una plataforma de autónomos del sector, que cumple hoy su noveno día consecutivo.
En El Puerto, restaurantes como El Faro y Los Portales temen tener que cerrar por la falta de propano si la protesta se alarga dos semanas más. En San Fernando tienen dificultades para mantener las cartas. Y en Olvera, notan ya un descenso en la afluencia de visitantes.
La distribuidora con planta en Chiclana ya advirtió la semana pasada a sus clientes de que no podrían servirles los pedidos que habían hecho, después de un par de aplazamientos a causa de algunos piquetes, que amenazaron a los conductores de los camiones diciéndoles que no respondían de lo que pudiera pasar si salían de la planta con la mercancía. Al menos un vehículo fue apedreado o golpeado con algún objeto contundente, si bien no consta denuncia alguna.
La empresa recomendó a los hosteleros que se desplazasen hasta sus instalaciones para recoger la mercancía con vehículos propios. Algunos, muy pocos, lo hicieron el viernes, y muchos lo aplazaron para ayer lunes. Pero la convocatoria de una caravana de camiones por las carreteras de la Bahía de Cádiz, con partida precisamente en ese polígono industrial, los disuadió. Finalmente el convoy de protesta no salió por falta de autorización gubernativa, de manera que algunos fueron a recoger sus pedidos por la tarde, pero muchos aguantarán con las pocas existencias que tienen de reserva hasta que se reanude el reparto.
Ayer lunes, como es habitual, algunos bares y restaurantes de la capital gaditana permanecieron cerrados por descanso del personal. Los hosteleros que abrieron aguantaron el tipo, aunque notando la falta, no sólo de refrescos y alcohol, sino también de mercancía fresca. Sobre todo de pescado. Al hecho de que fue lunes se sumó, aparte del paro de transportistas, el amarre de la flota pesquera en protesta también por el precio del gasoil. Los pocos barcos que quedaban faenando después de una semana de mal tiempo y de la paralización de los barcos de arrastre y de cerco de Sanlúcar y Barbate, permanecieron en sus puertos. Resultado: si la semana pasada apenas si hubo pescado azul, ayer ya no había ninguno.
Esa falta de boquerón y caballa se está notando especialmente en los freidores gaditanos, donde la clientela los hecha de menos, según confirmó a este periódico Juan Fernández, encargado de Las Flores, el popular establecimiento gaditano de la plaza del mismo nombre. Una escasez que también se padece en el freidor que la misma empresa tiene en la calle Brasil, en Extramuros, y por extensión, en todos los freidores de la ciudad y de la Bahía. Del resto de mercancía, Las Flores está de momento bien provista.
"La semana pasada tampoco yo pude comprar boquerones", confirma también Carmen Braza, gerente del bar restaurante Garum, en la calle Plocia. "Voy aguantando con algunas lubinitas y doradas que he ido guardando y con un par de kilitos de acedías", cuenta, "pero el pescadero que me sirve ya me ha avisado de que esta semana va a tener que coger vacaciones forzosas porque está seguro de que no le va a llegar género. Por lo demás, "menos mal que fui previsora y que compré aceite de girasol cuando empezó a escasear y tengo para aguantar unas dos semanas", se alegra. "Lo que sí que ha subido muchísimo es el precio de la fruta y de las verduras. Se ha puesto carísima. Todo lo que hemos comprado en la última partida está al doble. Y con los refrescos, hay que conformarse con lo que tenemos. Y si me piden Aquarius, pues, lo siento mucho, de verdad, pero es que no hay".
A quien va habitualmente al mercado de abastos de Cádiz a comprar pescado y sabe la variedad de género que suele haber no se le escapó ya a mediados de la semana pasada que no había cierta mercancía. Así lo confirmaron entonces a este periódico a pie de puesto varios pescaderos, quienes añadieron, además, que la que había se había adquirido en lonja a un precio bastante más alto, si bien no lo habían repercutido todavía al cliente. Pues bien, tal y como cuenta Carmen Braza ya hay comerciantes del mercado que se van a ver obligados a cerrar esta semana por falta de mercancía. Y proveedores de marisco y pescado que ya están avisando a sus clientes restauradores, como los responsables de Musalima, de que no podrán seguir sirviéndoles debido al paro de los transportistas, sumado ahora al amarre de la flota pesquera, tal y como se puede comprobar en los mensajes de móvil que completan esta información. No obstante, "la situación no es tan dramática", sostenía ayer Raúl Cueto. "Hemos tenido que ir nosotros a por refrescos y alcoholes y nos ha faltado alguna verdura fresca, pero salvo el marisco de Galicia, hasta ayer no nos faltó pescado, porque trabajamos el de esteros cercanos. Mañana y pasado sí que se notará", añadió el gerente del Grupo Arsenio Manila, que cuenta con cuatro establecimientos en Cádiz.
Parece lógico pensar que quienes se surten mayoritariamente de mercancía del norte estén sufriendo mayor desabastecimiento. Sin embargo no siempre es así. En el restaurante vasco On Egin, de la calle Plocia, cuya materia prima viene en más de un 90% de Euskadi, están bien surtidos de bacalao y otras especialidades de aquella tierra, a falta sólo del txangurro, explica Lander Urquizu. El hostelero donostiarra tampoco ha tenido problemas hasta ahora con el vino y la sidra. Sin embargo, en la Taberna La Manzanilla sí que han faltado las conservas de anchoas y berberechos procedentes de Cantabria. Manzanilla de Sanlúcar no falta, por supuesto, en este despacho de vinos de gran solera, ya que Pepe García Romero fue previsor y se reabasteció nada más terminar los Carnavales.
Donde tampoco está faltando género de momento, pese a llegarle de la carne de vacuno de Argentina y Uruguay, vía Málaga, es en los restaurantes La Abuela Elfrides y La parrilla de Matilde. Ni tampoco el cerdo ibérico que le surten desde Chiclana, cuenta su propietario. Fabián Vidussi está sobre todo preocupado por el suministro de cerveza, después de que Heineken, proveedora de Cruzcampo alertase a través de un comunicado de que tendrá serios problemas de distribución de continuar el paro de autónomos.
El Puerto: “Si esta situación se prolonga mucho, en dos semanas tendremos que cerrar"
La huelga de transportistas está pasando factura a los restaurantes portuenses. Algunos, como El Faro de El Puerto o Los Portales, están dejando de recibir productos como el pescado y marisco que proceden de Galicia, aunque hasta el momento sortean el desabastecimiento de algunas especies con otras procedentes de mercados más cercanos.
Más preocupado se muestra el propietario y chef de El Faro, Fernando Córdoba, ante la posible falta de gas propano en caso de que la huelga dure mucho más. “Yo tengo pedido el suministro pero no sé cuando me lo van a traer y si esta situación sigue así, en dos semanas tendré que cerrar”, explica.
Otros productos como las verduras también están faltando, aunque se sortea la situación gracias a los proveedores locales. Desde Los Portales están acudiendo ellos mismos a mercados y proveedores de la provincia para traerse la materia prima necesaria para sus platos, en lugar de esperar la llegada de la mercancía. Así lo explica el propietario del establecimiento, Francisco Custodio, que comprende las protestas de los transportistas a raíz de la enorme subida del precio del gasoil.
En cuanto a las bebidas, ambos restauradores destacan que de momento están recibiendo mercancía, aunque no en las cantidades habituales. “Si pides cinco barriles de cerveza te traen tres”, dice Fernando Córdoba, y esto mismo se aplica a los kilos de cualquier otro producto que encargan para el día a día del restaurante, según confirma Custodio.
Los clientes, sin embargo, son perfectamente empáticos ante esta situación y hasta ahora no ha habido ningún problema. “Si falta un producto les ofrecemos otra cosa, por suerte tenemos una carta muy viva que siempre depende mucho de los productos de temporada”, destaca el chef de El Faro.
También han faltado estos días en el restaurante que regenta Fernando Córdoba bombonas de butano, por lo que no han podido encender las estufas de la terraza, o frutos rojos, aunque han llegado con posterioridad.
De momento los restaurantes no han repercutido la subida de precio de todas las materias primas en sus cartas. “Estamos reduciendo los márgenes y aguantando el tirón”, afirma Paco Custodio, que confía en que esta situación no se prolongue durante mucho más tiempo.
San Fernando: "Cada día que pasa es más complicado mantener nuestras cartas"
La Sierra: Menos alegría para gastar
Eduardo Pérez regenta dos negocios de restauración en Olvera y de momento cumple con su carta de comidas sin sufrir desabastecimiento. Lo que sí nota en las últimas semanas es menos visitantes que otras veces. Dirige el hotel-restaurante de la Estación de la Vía Verde de Olvera y siente que hay un poco de menos bulla de turistas en estos días que hace, por ejemplo, tres semanas. Y es que el caldo de cultivo que ha sembrado el alza de los combustibles, la huelga de transporte y el miedo a la guerra ha traído como consecuencia menos movimientos. “No sé si es por la incertidumbre o por miedo a gastar, pero se ve menos gente que hace tres semanas”, cuenta.
Este emprendedor, que cuenta con otro establecimiento de comidas en Olvera, El Corral de la Pacheca, sigue ofreciendo su carta sin restricciones a los visitantes. Eso sí, la subida del aceite de girasol y el tirón del precio de la luz lo han obligado, por ejemplo, a subir un poco el precio de algunas de sus elaboraciones como las tortas de masa para el desayuno o la merienda. “He tenido que incrementar un poco por la subida del aceite y la luz. De otra manera no puedo asumirlo. Ha sido poco y en general mis clientes lo han entendido”, confiesa.
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