Nunca sabremos cuántas vidas de pescadores, marineros, inmigrantes, deportistas náuticos y navegantes, de hombres, mujeres y niños en general salvó directamente o contribuyó a salvar con su labor Pablo Villagrán Díaz. El destino quiso que este controlador de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima de 52 años con empleo en el centro de coordinación de Almería perdiese la suya en el mar, cuando practicaba pesca submarina frente al litoral conileño, muy cerca del faro de Roche.

El cuerpo sin vida de Pablo Villagrán fue hallado ayer en torno a las 13:10 horas por miembros del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, informó a este periódico un portavoz de la Comandancia del instituto armado en Cádiz. Una hora y media después, el juez autorizaba el levantamiento del cadáver.

La mañana del miércoles, Pablo había salido a hacer pesca submarina con otros tres o cuatro amigos a bordo de una embarcación de cinco metros de eslora y cuarenta caballos de potencia, informó la misma fuente. Al ver que no me emergía después de una inmersión de más de media hora, alrededor de las 15:20 sus compañeros decidieron llamar al teléfono 112 de Emergencias, que enseguida activó el dispositivo de búsqueda del submarinista recién desparecido, añadió el portavoz de la Guardia Civil.

Inmediatamente, una dotación del Servicio Marítimo del instituto armado a bordo de la patrullera Río Agueda inició el rastreo de la zona donde le habían visto sus amigos por última vez. El helicóptero de la Guardia Civil no pudo incorporarse porque se encontraba peinando otra zona en busca de una patera con varios inmigrantes. Sí lo hizo un helicóptero de Salvamento Marítimo, el Helimer 203, y la SalvamarSuhail. A la vez, se dio aviso al Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, cuyos buceadores se emplearon a fondo en la búsqueda hasta la caída del sol. Aproximadamente a las 21:45 se suspendió el rastreo, que se reanudó en cuanto amaneció.