A Paco lo detuvieron el sábado por la tarde rastreando hachís en los arenales de Chiclana. La Guardia Civil no va a consentir que los busquimanos hagan su agosto en pleno diciembre. Y si hay que habilitar un módulo en Puerto II para encerrarlos, porque los cuarteles están a reventar, pues se habilita. A Paco lo llevaron ante el juez el lunes y quedó en libertad con cargos. Pero a Paco volvieron a detenerlo el martes. Es difícil resistir la tentación de pescar en mar revuelto. Otro de los detenidos estaba de permiso penitenciario pero desde la cárcel llamaron a la Comandancia de la Guardia Civil para ver si el recluso en cuestión figuraba entre los 70 detenidos. La respuesta fue afirmativa. Son sólo dos ejemplos del efecto llamada que está dejándose sentir por Chiclana desde que el pasado viernes encallaran tres lanchas neumáticas con más de dos toneladas de hachís.

Los busquimanos de la zona no se rinden. Desde el fin de semana son ya 70 los detenidos después de que ayer cayeran otras ocho personas, entre ellas dos mujeres. Entre conversación y conversación, los busquimanos locales hablan de que si el Pelón estuviera vivo en La Barrosa no había nada que hacer porque entre él y su gente habían rebañado todo el alijo.

Son las historias que surgen estos días en Chiclana, una localidad cuya vida ha variado después del naufragio de las pateras marroquíes y que ha provocado que incluso un módulo de la cárcel Puerto II haya sido habilitado para albergar a parte de los 70 detenidos.

Según fuentes de la Benemérita se trata de algo normal en operaciones grandes en las que se producen una gran cantidad de detenidos en poco tiempo, ya que los cuarteles de la zona carecen de espacio suficiente para albergarlos.

La Guardia Civil utilizó ayer un autobús para hacer el traslado a los juzgados de los detenidos, entre los que se encuentran cinco menores. En las últimas horas también fueron detenidas en la playa, donde se han recuperado más de 150 kilogramos de hachís en manos de ciudadanos, dos mujeres jóvenes que apenas superan la mayoría de edad.

Los agentes aseguran que esta afluencia de busquimanos se ha visto aumentada gracias a los anuncios de las redes sociales.

De hecho, el número de personas concentradas en la costa chiclanera supera ya al que se han dado en otros puntos negros de la provincia dedicados al narcotráfico en las épocas de mayor apogeo.

La Guardia Civil advertía nuevamente ayer de que estas personas, además de enfrentarse a penas que pueden llegar a los cuatro años y medio de prisión, también están expuestos a represalias de las mafias propietarias de la droga con "consecuencias muy desagradables".

Al mismo tiempo, desmintieron, como afirmaban ayer algunos familiares, que se haya detenido a personas que no llevaban droga encima.

El pasado viernes, la Guardia Civil detuvo a tres tripulantes marroquíes en tres lanchas neumáticas, donde se hallaron 2.200 kilos de droga, que habían volcado frente a la costa de Chiclana.

Entre el domingo y el lunes el mar devolvió a la costa los cadáveres de otros dos varones marroquíes que supuestamente viajaban en las tres lanchas.

Los agentes buscan a una sexta persona, ya que normalmente viajan dos en cada lancha, que pudo escapar por tierra o bien ahogarse en el mar.