Una insuficiencia renal ha acabado con la vida de la pintora barbateña María del Carmen Bernal, que se ha convertido en un icono de la lucha contra la violencia de género. Sus cenizas serán esparcidas por la playa de la Hierbabuena de Barbate, como era su deseo.

Ayer sus familiares y amigos le daban el último adiós en la parroquia de San Paulino, donde se ofició a las once de la mañana el acto fúnebre. Posteriormente, sus restos fueron trasladados al tanatorio de Conil, donde fue incinerada.

Desde hace varios meses sufría una insuficiencia renal que la mantenía en la Unidad de Cuidados Intensivos.

María del Carmen Bernal quedó en 1988 tetrapléjica tras sufrir una brutal agresión por parte de su marido, que le asestó varias puñaladas y la atropelló hasta en tres ocasiones. Postrada o en silla de ruedas, consiguió superarse y convertirse en una destacada artista que pintaba con la boca.

El contacto con la Asociación Pintores con el Pie y la Boca fue trascendental para Carmen Bernal, pues fue a partir de entonces cuando inició una carrera que le ha llevado a exponer en ciudades de todo el país y a ser seleccionada para mostrar su obra en los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. A través de su obra comprometida, Bernal inició una campaña de sensibilización social y reivindicación contra la violencia de género.

La artista pidió en repetidas ocasiones a los políticos y a la Justicia ayuda para luchar contra este problema social, solicitando a los jueces que, una vez impusieran una condena a un agresor, esa se cumpliese y no se dejase salir al culpable tan fácilmente. También lamentó en muchas ocasiones la escasa vigilancia policial que se realiza sobre los agresores cuando las mujeres ponen sus primeras denuncias.

Bernal fue agredida cuando tenía dos hijos de corta edad a los que consiguió sacar adelante con los ingresos que fue obteniendo de su actividad pictórica.