Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Vejer

Enrarecido mundo feliz

  • La crispación política en "uno de los pueblos más bonitos de España" contrasta con la tranquilidad en las estrechas calles

Al coronar, viniendo de Barbate, la carretera de los rallies, en la plaza municipal de Nelson Mandela, el visitante se topa con un gran cartelón del alcalde de Vejer, Pepe Ortiz. Mirando al horizonte en la cuidada foto, una leyenda invita al diálogo: "Es el momento de hablar, de sacar lo bueno que tenemos y lo no tan bueno. Tu opinión cuenta...".

Alguien contestó esta llamada a la participación, al sosiego, al buenismo, estampando un bote de pintura negra en la mirada  calmada del regidor. Durante varios días la cara de Pepe Ortiz, el joven alcalde del PP de una localidad pulcramente blanca que saluda con la información de que es "uno de los pueblos más bonitos de España", según  una web de turismo, era un manchurrón negro. Se solucionó el problema poniendo una copia de aquella foto, a la espera de que el diálogo vuelva a estar en manos del bote de Titanlux. 

 

Si se sigue avanzando por la carretera que marca el camino que llevará al centro del pueblo en descenso, uno se encuentra con la Casa del Pueblo, la sede del PSOE. Allí hay otro cartel muy grande que es una gráfica en la que se ve el endeudamiento del Ayuntamiento cuando gobernaba el PSOE y el déficit actual, que aseguran que es de 12,3 millones de euros. Acaba la filípica gráfica con este tono castizo para tan científica proclama: "El que venga detrás que arríe".

 

Mientras observo toda esta cartelería, en el Ayuntamiento se está desarrollando un pleno municipal a cara de perro. El debate es agrio entre PP y PSOE. Pepe Ortiz contesta a las acusaciones de la oposición asegurando que él es un hombre honrado y que toda las contrataciones realizadas durante la legislatura han sido cristalinas. Pero el PSOE tiene munición extra porque el Diario de Cádiz  publica en la edición del día que el alcalde ha sido imputado por malversación. El problema del PSOE es que en la misma información se dice que el ex alcalde del PSOE, y candidato para las siguientes municipales, también está imputado.

 

La cosa está calentita en el pueblo, podría pensar uno. Inicio el paseo por las empinadas cuestas. La música del saxo de Charlie Parker llena uno de los callejones. Proviene de una tienda de paperoflexia que regenta un plácido matrimonio. Con esa tranquilidad de las notas de jazz uno avanza y encuentra más tiendas salpicando el recorrido de la más variada artesanía. Sus dependientes sonríen, los niños salen del colegio con risas, una mujer lleva una chistera en la cabeza. El lugar escogido por la cadena SER para realizar sus anuales congresos del bienestar, de la felicidad, es una arcadia ajena a los navajazos políticos. En el pleno municipal los populares se encabritan con los socialistas y viceversa, pero el pueblo respira una armonía que una vecina, propietaria de una guarnicionería, me avisa que pudiera ser engañosa: "Es como si no hubiera habido crisis. En lo anímico aquí es como si no hubiera pasado nada. En Vejer existe la armonía por decreto".

 

Nadie puede negar que el pueblo está cuidado, cuidado casi hasta la obsesión, casi parece un decorado, pero lo cierto es que hay un hecho que difícilmente se puede ocultar. En Vejer hay  2.460 parados. La cifra es importante, más allá de que sean muchos en una localidad con algo menos de 13.000 habitantes. La cifra era una promesa de inicio de legislatura del alcalde. Dijo que si había un solo parado más cuatro años después, es decir, ahora, que al principio, él no se presentaría a alcalde. Puede presentarse. Según el instituto Argos hay, aproximadamente, unos 60 parados menos, si bien, Elena Ceballos, la única concejal (IU) que no es ni PP ni PSOE dice que  el dato tiene trampa porque "no contabiliza a todos los que se han tenido que ir del pueblo por la crisis. Casi todas las familias tienen a alguien que ha emigrado. Estaban al principio de legislatura y ahora ya no están".

 

Ortiz ha hecho un esfuerzo para cumplir su promesa. Se ha apuntado a todos lo planes habidos y por haber, aun recordando que el empleo no se encuentra entre sus competencias. Se puede ver en el corcho del vestíbulo del Ayuntamiento, donde está colgada la norma para acceder al cheque empleo, un premio monetario para los empresarios que contraten.

 

La oficina de empleo es un remanso. Como en cualquier lugar de Vejer gravita la placidez, como si hubieran echado soma en el agua. Hay pocos usuarios gracias a la cita previa. Observo las  últimas ofertas de empleo. Versan sobre lo habitual: cocinaero en un camping, camarero, pinche de cocina, peluquero. Y quizá una que se sale de lo corriente: conductor de servicios funerarios.

 

Pregunto a Carlos, que tiene una tienda de camisetas muy chula y moderna, diseñada por el interiorista Gaspar  Sobrino, enamorado de Vejer, nombrado hijo adoptivo y que se dedica a hacer muchos trabajos gratis en el pueblo. Sobrino, con una cartera de clientes que va de Detroit a C&A Europa, vino de Madrid hace unos pocos años y se quedó. Es una eminencia en el interiorismo y el Ayuntamiento le mima. Carlos viene de Salamanca, fuera, como Sobrino. Son muchos en Vejer. Y son observadores de este universo que, en muchos casos, "sigue mirando tras los visillos". Ha descubierto que, como en el resto de Andalucía, "el favor" es algo que se estila mucho, todavía hay gente que le debe favores a Morillo, el farmacéutico, que fíjate cuándo fue alcalde". No sabe si eso pudiera explicar que, pese a sacar 500 votos en las andaluzas, Podemos, con sólo 29 afiliados, no haya creado una estructura en Vejer. Y no se atreve a hablar de un resultado electoral en esta contienda entre dos imputados: "De verdad, yo no sé por qué la gente hace lo que hace".

 

Ortiz lleva una actividad frenética en los últimos meses. Ha puesto en marcha en el solar donde se instalaba   la plaza de toros portátil un equipamiento que incluye zona deportiva y escuela de hostelería. En el cartel anunciador dice que el Ayuntamiento lo ha desbloqueado y también figura el logotipo de la Zona Franca. "Un regalito de Teófila", valora un obrero. Y también se ha introducido en las asociaciones vecinales de las múltiples pedanías y ha hecho parques en las zonas rurales "porque antes decían que los niños ya tenían los árboles para columpiarse".

 

La solitaria concejal Caballos, en el bar El Conejito, que regenta su marido, observa con cierta tristeza "conformismo" en su pueblo. "Desde luego, si  te informas por el facebook municipal, que retira los comentarios que pudieran ser molestos o críticos, Vejer  es un paraíso. Pero hay otro Vejer, el que no quieren que se vea".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios