Dos y cuarto de la mañana. Noche cerrada. Una pareja conduce por la carretera que transcurre paralela a la playa de El Palmar. A la altura de Torrenueva, la conocida torre de la playa vejeriega, ven en un paso de peatones algo que se asemeja a un muñeco. El conductor tiene que dar un volantazo para evitar atropellarlo. Sus reflejos le salvan la vida. Porque no se trata de un muñeco sino de un niño de dos años. Va vestido con una camiseta de mangas cortas. Tiene frío. Está desamparado. Los ocupantes del vehículo bajan e intentan consolarlo mientras que llaman a la Guardia Civil. El niño está asustada. Ellos también. 

Los agentes de la Benemérita se personan y se hacen cargo del menor, mientras que otros compañeros comienzan a buscar a los padres del bebé por El Palmar. Los encuentran pasadas las tres de la mañana en un bar de copas pasándolo en grande. Los detienen por desamparo de un menor.

Los padres, con multitud de antecedentes por todo tipo de delitos, aseguran a los agentes que dejaron al bebé al cuidado de otro adulto en un chalet de la zona. Los guardias acuden hasta allí para recabar su testimonio y lo encuentran con una intoxicación etílica importante. Una noche de farras en toda regla donde el pequeño era una molestia.

Los padres del niño están a la espera de lo que Fiscalía decida mañana, mientras que Servicios Sociales se ha hecho cargo del bebé en un primer momento, aunque parece que se lo ha devuelto a su madre. Un pequeño que esta madrugada de domingo pudo perder la vida atropellada en un paso de peatones de El Palmar mientras sus padres bebían unas copichuelas.