Comienzan las obras para canalizar los vertidos del polígono de la piel
El lunes se iniciaron los trabajos que conectarán el polígono a la estación de bombeo de la carretera del Naranjal, con el fin de evitar los vertidos directos al río
Los vertidos del polígono industrial de la piel al río Ubrique, a través de la zona del Naranjal, serán historia a partir del mes de febrero, cuando estén ya concluidas las obras de canalización. Así lo ha anunciado Ignacio Parrado, gerente de Aguas de Ubrique, empresa que se está encargando de acometer los trabajos desde el pasado lunes.
La recogida de estos vertidos suponía una de las grandes asignaturas pendientes en el ámbito medioambiental dentro del término municipal de Ubrique. Desde su construcción, los residuos y aguas fecales procedentes de las naves de este polígono desembocaban directamente en el caudal del Naranjal, y desde allí pasaban al río Ubrique.
El proyecto ha debido ser asumido por la comunidad de propietarios del polígono, que costean las obras. Al no existir colector en dicho lugar, se conectará mediante una tubería vertical con la estación de bombeo de aguas residuales situada en la carretera del Naranjal, que recoge los vertidos de las urbanizaciones edificadas en los Planes Parciales I y II.
La conexión se realiza a través de terrenos de una vía pecuaria, la del Mojón de la Víbora, lo que ha complicado el proceso burocrático de autorizaciones. Además, se ha tenido que llegar a un acuerdo entre los propietarios del polígono.
Una vez solventados estos obstáculos, el lunes comenzaron las obras y se prevé que estén concluidas a finales de la próxima semana. Según Parrado, los trabajos se han visto retrasados en las últimas semanas por las lluvias, ya que deben hacerse zanjas de gran profundidad.
Desde la asociación juvenil Tamal, que había venido denunciando durante años los continuos vertidos del polígono al río, celebraban ayer esta noticia, aunque subrayaban que "este problema era fácil de solucionar y se podía haber hecho mucho antes". Según señala José Arroyo, cuando se aprobó el proyecto del polígono de la piel "ya contemplaba una fosa aséptica de aguas residuales y su traslado por bombeo al colector de la Fuente de San Francisco, pero no se llegó a ejecutar".
El coordinador de Tamal precisó que en verano la zona del Enrriadero presentaba "un verdadero problema de contaminación del río, que por filtración incluso estaba afectando a acuíferos próximos".
En opinión de José Arroyo, una vez solucionada esta situación en el polígono industrial de la piel, restan aún problemas similares de vertidos en la zona del Algarrobal, "ya que la mayor parte de las aguas residuales de sus casas acaban en el río, y también en el casco antiguo, donde todavía persiste en muchos casos el sistema de tajeas tradicionales que provoca filtraciones".
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