HUELGA DE BASURA EN ROTA Efectos en la población y el turismo

Camino de la playa con la nariz tapada

  • Roteños y visitantes comienzan a sufrir las consecuencias de un paro que parecer ir para largo · La basura está acumulada en sus calles de forma desigual · Un recorrido por la zona basta para comprobarlo

Las perspectivas para desbloquear la huelga de basuras en Rota no han mejorado tras cuatro días en los que tan solo han funcionado los servicios mínimos decretados por la Junta. En realidad, todavía no se han reunido a negociar juntos los representantes de los trabajadores y los de la empresa concesionaria FCC, incrementándose las tensiones. La ciudad comienza a reflejar las lógicas y siempre repetidas consecuencias de este tipo de huelgas, pues el día de ayer amaneció con más de 140 toneladas de basura en las calles. No obstante, se ha tratado de solventar la limpieza de las zonas más turísticas.

Las posibles consecuencias que podría conllevar la acumulación de basuras sobre el turismo y la imagen de la ciudad son las principales preocupaciones. De momento, el Mercado Medieval previsto para este fin de semana ha sido pospuesto por el Ayuntamiento "al no poder garantizar su perfecto desarrollo y las condiciones de limpieza que caracterizan a la ciudad".

La primera vista que un turista puede obtener en la ciudad no le proporcionará ninguna impresión de una huelga de basuras, por lo menos si llega en el catamarán del Consorcio de Transportes de la Bahía, uno de los transportes públicos utilizados para acceder a Rota. El puerto, cuyo régimen de limpieza se haya adscrito a otra empresa, está perfectamente aseado y las papeleras y contenedores se hallan vacíos. No obstante, conforme se avanza hacia el centro comienzan a aparecer papeleras en las que la próxima lata debe ser depositada con suma delicadeza para no romper el equilibro, además de bolsas en esquinas y aceras. Esto incluso se ve agravado en algunos lugares donde a algún "gracioso" se le ocurrió ayer por la noche destrozar unas bolsas de basuras y rociar de restos de comida una escalinata.

Si se sigue el recorrido, la plaza del Ayuntamiento se encuentra impoluta. En el interior del edificio municipal una guía turística oriental muestra sus quejas por la suciedad al conserje de la recepción mientras procede a rellenar el formulario para una queja. Algunos portavoces vecinales también han mostrado la insatisfacción de aquellas personas que tienen una casa en Rota que tan solo utilizan durante los dos meses de verano, por la que pagan al ayuntamiento los correspondientes impuestos durante todo el año y reclaman por ello al equipo municipal que emplee una política más activa para solventar el problema.

La portavoz del gobierno local, María de los Ángeles Sánchez, explicaba a este diario que el Ayuntamiento se ha ofrecido como mediador entre empresa y trabajadores para negociar la desconvocatoria. Expresaba el temor a que la huelga continúe, pues la población de Rota, aumentada notablemente durante los meses estivales, llega a "triplicarse al acercarse los fines de semana". "Esto puede que conlleve un peligro para la salud que obligue a acudir a las autoridades competentes para solventarlo", decía.

Al no poseer indicios de acercamiento entre las partes, la portavoz hace un "llamamiento a la responsabilidad". Por ello insta de nuevo a sentarse a negociar, a la vez que agradece a los roteños "su perfecto comportamiento como es costumbre", lo que ha posibilitado que la huelga se desarrolle con total normalidad.

En las calles peatonales y comerciales también es menor el nivel de basura existente. Estas zonas han sido uno de los principales puntos de actividad para los servicios mínimos decretados por la Junta. A pesar de ello, papelillos, servilletas y bolsas se ven constantemente. En la Avenida Sevilla también es patente la huelga. No obstante, aquí se da un claro contraste entre el paseo marítimo y la playa, cuya limpieza es responsabilidad de la empresa municipal Aremsa. Algunas personas piden al Consistorio que haga uso de la misma para asegurar los servicios mínimos cuyo incumplimiento denuncian. También ha hecho lo mismo el Consistorio roteño, haciendo uso de los datos aportados por los técnicos municipales.

Frente a estas acusaciones, el presidente del comité de empresa, Juan José Ponce, también argumentó su posición a este diario. "Los servicios mínimos se están respetando y es el Ayuntamiento el que está intentando coger basuras con sus propios operarios, algo fuera de la legalidad".

En el céntrico bar Badulaque explican que allí se han notado menos los efectos. Una propietaria de un pequeño ultramarinos estima que el momento elegido para la huelga es "fatal" ya que en agosto es cuando la ciudad acoge un mayor número de visitantes y denuncia que se ha facilitado poca información sobre el paro. "Es una mala sensación sufrir la huelga y no saber por qué es", sentencia. Explica además que en los barrios sí que se da una mayor cantidad de basura, como la que se halla situada debajo de su casa, razón por la que empieza a temer el posible olor. Las personas que pasan por allí mientras transcurre la charla se quejan. "¡Hay que ver cómo están las calles!", es la expresión más recurrente.

Los dueños del Bar Triana aseguran que, ante las numerosas bolsas ubicadas en la acera en torno a los contenedores, no pudieron montar la terraza el martes por la noche, aunque gracias al levante de estos días no han sufrido los olores. Estima que en agosto, cuando la ciudad está llena de turistas y un comercio como el suyo puede realizar su actividad, es muy perjudicial no poder montar la terraza externa. "Entiendo las denuncias de los trabajadores, pero debo mirar por el negocio". "Podrían hacerla en noviembre cuando hace frío y no hay personas en la terraza", comentó uno de los propietarios, que pide que el "Ayuntamiento dé la cara, pues aunque como dicen es una empresa privada, ellos son los que mandan y tienen que intentar salvar la situación".

Los trabajadores han esgrimido como argumento para la huelga el hecho de haber negociado el nuevo convenio con la empresa desde inicios de año y su pleno rechazo a las propuestas ofrecidas. Estas conllevarían una rebaja salarial cercana al 20% según los sindicatos, además de un incremento en la jornada laboral que conllevaría la pérdida de trabajadores.

De momento las negociaciones continúan estancadas y los trabajadores pretenden concentrarse a partir del domingo a las puertas del Consistorio, una vez obtenidos los permisos de la Subdelegacion. Los ciudadanos que sufren las consecuencias piden la actuación de un Ayuntamiento que llama una y otra vez a dialogar y que está dispuesto a acudir a la Junta de Andalucía por los posibles problemas para la salud.

De momento parece que cuando mañana Rota reciba a sus numerosos visitantes, como cada fin de semana del verano, de camino a la playa tendrán que ir con la nariz tapada.

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