El sector ganadero de la Janda ha visto triplicar sus costes en apenas un año

Materias primas

Ganaderías como Cebada Gago precisan de unos 6.000 kilos diarios de pienso, lo que supone un coste de unos 2.700 euros

El ganado bravo precisa de su ración diaria de pienso.
El ganado bravo precisa de su ración diaria de pienso. / Manuel Aragón Pina
José María Ruiz

27 de marzo 2022 - 07:39

La reconocida ganadería de Herederos de Cebada Gago, que pasta entre los términos municipales de Medina Sidonia, Alcalá de los Gazules y Paterna de Rivera, está viviendo muy de cerca el encarecimiento de los productos primarios que se precisan para alimentar sus cabañas de toros bravos, vacas mansas, cabras y caballos.

Hasta finales del pasado año, ante la falta de lluvias y de pasto en sus campos, precisaban de unas ocho toneladas de pienso. Un producto que sirve de alimento y que se reparte a las 8.00 horas de cada mañana. Ahora esa cantidad se rebajado a seis toneladas al haber algo de pasto en el campo dadas las últimas lluvias.

Las distintas cabañas van recibiendo su porción diaria, que le sirve de sustento. Un cereal, sobre todo maíz, que puede llegar del mercado nacional, que es de mejor calidad, de Brasil o de Ucrania, cuya variedad es de menos calidad que las otras, pero que se ha encontrado en el mercado a un precio menor que las otras, pero varias veces superior a hace unos meses, y no debido precisamente al conflicto bélico que enfrenta a este país con Rusia.

La imparable subida del combustible, de la energía eléctrica y del transporte por carretera, ha hecho aumentar también los precios, y según ha expuesto el ganadero, Salvador García Cebada, propietario de ésta ganadería jandeña junto a su hermano José, “se ha triplicado el precio de la alimentación”, mientras que los animales ahora mismo no salen para las corridas, ya que lo más próximo es la Feria de Sevilla en abril, y tampoco se venden las vacas a los mataderos, ya que el matadero más cercano está en la sevillana localidad de Morón.

Con el toro estamos trabajando a pérdidas unas cuantas temporadas, los toros son un espectáculo caro, y el ganadero no puede subir los precios, y a los precios desorbitados de las materias primas, pues esta será una temporada de grandes pérdidas”, ha relatado, Salvador García.

En este sentido, ha expuesto que “esto ya viene de antes, no falta, pero lo cara que son las materias primas, desde octubre y noviembre del año pasado se dispararon los precios. Ahora en enero y febrero de este año también están disparados, lo único que pasa, que a raíz de la guerra de Ucrania se han duplicado, están desorbitados los precios, yo no he conocido en mi vida que la materia prima y el mismo cereal para la siembra, esté tan carísimo”.

Este ganadero asegura que con las protestas del transporte “hay escasez, aún puedo aguantar un poco, pero ya mismo me hará falta”. Por ello esperaba la culminación de esta protesta. Asegura, que en la actualidad precisa de unos 6.000 kilos diarios de pienso para alimentar a las distintas cabañas que poseen. Sobre todo, lo que más está escaseando es la cebada.

La última remesa de piensos adquirida se ha aproximado a los 450 euros la tonelada, lo que elevada el alimento de toda la cabaña a unos 2.700 euros diarios. La venta de ganado es la única posible compensación, ya que el precio de lo que consume cada animal, supera a su valor real. Pero, al no haber transporte al matadero, no hay venta, pero el gasto se mantiene.

Otro problema añadido por esa falta de transporte es la venta de la leche, que apenas se puede almacenar unos días. Transcurrido ese tiempo se tiene que destruir. García explica que “las cabras comen todos los días, y si la leche hay que tirarla, esto es una ruina”. En este sentido, asegura que el precio de producir la leche está más alto de lo que se paga por ella, se está trabajando a pérdidas”.

Una situación que se parece mucho a la que está viviendo Manuel Reyes, un ganadero de Conil, que tiene que ordeñar a diario a sus 250 vacas frisonas, cuya leche se vende a una industria quesera a través de una cooperativa formada por varios empresarios, trabajadores y ganaderos.

Según ha explicado Reyes, la alimentación debe ser la misma cada día, para no incluir en la calidad de la leche, que es almacenada y conservada según marcan las exigencias sanitarias, pero que pasado un volumen se tiene que destruir, lo que implica un coste que puede suponer la mitad del valor del producto, lo que supone pérdidas por todos lados.

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