De contable a 'youtuber'
Éxito en las redes sociales
La valenciana María Martínez estudió Admistración y Dirección de Empresas y ahora sus vídeos de ejercicios tienen más de 1,3 millones de seguidores
La valenciana María Martínez estudió Administración y Dirección de Empresas y tenía su trayectoria laboral encaminada como contable, pero una crisis existencial antes de los 30 años le hizo replantearse su vida y convertirse en youtuber: ahora, sus vídeos y rutinas de ejercicios arrasan por todo el mundo.
Ya tenía 400.000 suscriptores en su canal de YouTube Siéntente joven cuando irrumpió el coronavirus; el 'boca-oído' la hizo viral durante el confinamiento y ha triplicado esa cifra –ya supera los 1,3 millones– para crear "una gran familia" que sigue su filosofía y valora y reconoce su ayuda.
Rutinas de cardio, pesas o tonificación, solas o combinadas con kickboxing, baile urbano, flamenco, latino o folclore... Todo tiene cabida en el canal de María, que valora la “satisfacción” al recibir mensajes que agradecen su ayuda desde España, Latinoamérica, Estados Unidos e incluso Rusia, Japón y países árabes.
Cuenta que "toda la vida, desde pequeñita", ha practicado gimnasia rítmica, aerobic y, "cuando se puso de moda", también zumba, y todo lo que suponía tonificación.
La necesidad de tener una aportación económica mientras estudiaba ADE le hizo sacarse el título de monitora de fitness para costear sus gastos, aunque confiesa que era una salida para "cuatro o cinco años, mientras estudiaba", pero no se veía "viviendo" de dar clases porque "estaba mal pagado".
Acabó la carrera y trabajó durante tres años en la empresa que gestionaba el deporte en la localidad valenciana de L’Eliana "con gestión de cobros, pagos, nóminas" aunque también vinculada a la práctica deportiva porque "alguna vez hacía sustituciones" para impartir clases.
De dar clases a 'YouTube'
Entonces, su marido, Javier Simó, se involucró en un proyecto con una empresa de nutrición y ella le ayudó: "Durante un año combiné ambas cosas pero este proyecto me atrapó, aprendí de nutrición y me tiró mucho poder conectar con las personas y no tener que lidiar con un ordenador enfrente".
"Yo estaba programada para estudiar una carrera, trabajar en lo que había estudiado hasta la muerte y no salir de ese camino", explica, y reconoce que dejarlo por la nutrición supuso una crisis existencial, "la primera", que le hizo sumirse en un "cambio fuerte", que le "salió bien".
La nutrición le gustaba mucho y ella seguía siendo usuaria de canales de YouTube para hacer ejercicio pero sentía que le "faltaba algo" y fue entonces, en el verano de 2017, cuando se planteó abrir su propio canal para enseñar a otros.
"Nadie te da garantías de que podría funcionar" su primer canal, Siéntete joven, pero era como su "bebé": "Teníamos mucha ilusión pero era algo muy desconocido y Javier tuvo que estudiar cámara, iluminación, producción de vídeo, todo desde cero".
"El primer año el crecimiento fue muy lento y a partir de marzo-abril de 2018 superamos los 10.000 suscriptores y empiezas a creer, a ver que tienes una comunidad que te sigue y comparte tu filosofía, confía en ti y eso te motiva más", añade.
Le empezaron a llegar demandas de seguidores que tenían lesiones, obesidad o patologías y que nunca había hecho deporte y le pedían vídeos más suaves: abrió su segundo canal, Siéntete bien, con estiramientos, pilates, rutinas de bajo impacto y gimnasia "muy suave".
Y llegó el confinamiento con 400.000 suscriptores en el canal Siéntete joven y unos 60.000 en Siéntete bien. El calendario gratuito con rutinas deportivas que lanzaba cada mes desde hace tiempo, "sin saber muy bien cómo, se hace viral" y la gente "lo comparte en España y fuera y lo ven como una herramienta de rutina deportiva diaria que les permite hacer deporte en casa, ya que no pueden salir" y ello hace que se interesen por su canal.
Ahora, tiene seguidores en España, Colombia, Argentina, Brasil, México y Estados Unidos, así como en Italia, Francia, Reino Unido o Portugal, y aunque mayoritariamente son seguidores de habla hispana, le llegan mensajes de Japón, Rusia e incluso países árabes.
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