El picudo rojo de las palmeras (Rynchophorus ferrugineus) es un insecto originario de las áreas tropicales del Sudeste Asiático y Polinesia. En España, la especie fue detectada por primera vez en 1993, conociéndose los primeros daños sobre palmeras localizadas en las localidades granadinas de Motril y Almuñecar. No fue hasta el pasado año 2008 cuando este escarabajo se detectó en El Puerto, tras haber causado graves daños en toda Andalucía.

La primera palmera con picudo en El Puerto se localizó en una finca privada de la calle Valdés y nueve meses después apareció la plaga en otras once palmeras privadas de Fuentebravía. La propagación continuó por la Costa Oeste y ya en enero de 2010 el Ayuntamiento comenzó a aplicar tratamiento a las palmeras de propiedad municipal, comenzando por el parque Calderón, donde en estos momentos hay varios ejemplares afectados.

Como explica la concejala de Medio Ambiente, Blanca Merino, hasta el año 2008 era la Junta de Andalucía la encargada de controlar la plaga pero a partir de esa fecha se trasladó esta labor a los ayuntamientos, dadas las dimensiones que estaba alcanzando el problema. En marzo de este año la Junta calificaba la lucha contra el picudo rojo "de utilidad pública" a través de un decreto, estableciendo los métodos de tratamiento y protocolos a seguir.

En El Puerto, donde hay unas 7.000 palmeras de titularidad municipal, ya han sido tratadas más de 500 y el Ayuntamiento acaba de contratar un nuevo tratamiento para otros 300 ejemplares. Hasta ahora han sido afectadas por la plaga unas cien palmeras, algunas de las cuales han muerto aunque la mayoría están tratando de ser recuperadas, aunque están visiblemente afectadas.

Como explica Blanca Merino, "aunque el Ayuntamiento está poniendo todos los medios posibles de que dispone al servicio de esta plaga, la propagación ha sido mucho más rápida de lo que todos los organismos preveían, ya que los daños solo se visualizan cuando la palmera puede albergar sobre 500 insectos y ya los daños son muy importantes. Aumenta también el grado de infectación el hecho de que los propietarios privados no atiendan en muchas ocasiones a estos tratamientos que la Junta les impone, por lo que prácticamente reducimos la actuación a la municipal", indica.

En estos momentos, los podadores de la empresa concesionaria de Parques y Jardines se dedican casi exclusivamente a atender palmeras afectadas (la mejor época para el tratamiento es el invierno), incluso los trabajos de podas previstos para este invierno se están suspendiendo para sustituirlos por la atención a palmeras. Medio Ambiente planifica los trabajos semanalmente para hacer un seguimiento exhaustivo del problema y ya que los medios son limitados "priorizamos el tratamiento de los ejemplares que suponen un riesgo para la población por la caída de las grandes hojas. Igualmente, hacemos especial hincapié en los casos que afecten a palmeras históricas o muy arraigadas en el paisaje de la ciudad", explica Merino, para quien la situación es "muy procupante".