La necrópolis medieval aparecida en Santa Clara es única en la provincia

Hallazgo arqueológico en santa clara Aparece el primer cementerio histórico de la ciudad

Sólo es comparable con otras halladas en grandes metrópolis como Sevilla, Toledo y Córdoba · Hasta la fecha han aparecido 40 sepulcros en buen estado de conservación que reflejan la importancia de la ciudad en época del Descubrimiento

La necrópolis medieval aparecida en Santa Clara es única en la provincia
La necrópolis medieval aparecida en Santa Clara es única en la provincia
Carlos Benjumeda / El Puerto

11 de octubre 2009 - 01:00

Hubo un tiempo en que la localidad portuense fue conocida como Ciudad y Gran Puerto de Santa María. Visto desde la distancia, el uso de ese nombre puede parecer una evocación chovinista utilizada por eruditos nostálgicos de un pasado más imaginario que real. Pero la necrópolis bajomedieval que está siendo excavada en los alrededores de la ermita de Santa Clara viene a demostrar que aquella denominación fue el fiel reflejo de una metrópolis que apenas dos siglos después de su regio bautizo en las Cantigas de Alfonso El Sabio alcanzó un dinamismo y una riqueza comparable con ciudades como Sevilla, Córdoba o Toledo. Las tumbas halladas en los dos últimos meses en el subsuelo del solar de la ermita de Santa Clara son el reflejo de aquel 'tiempo mejor', posterior a la conquista de la alquería árabe de Alcanate, un tiempo del que hablan los restos de los moradores de aquel Gran Puerto, que dejaron de existir hace más de seiscientos años y hoy afloran de nuevo. Las tumbas y sepulcros que han salido a la luz son sólidas estructuras funerarias de cubiertas abovedadas y construidas con ladrillos. Su estado de conservación atendiendo a su antigüedad es muy bueno, debido a que la zona no ha sido sometida a obras y movimientos de tierra que hayan llegado a dañarlas. Corresponden a una cronología que se extiende desde finales del siglo XIV al siglo XVI, que viene a coincidir con la etapa histórica del señorío de Medinaceli, cuando El Puerto según los historiadores "reunía todas las características geográficas, económicas y demográficas necesarias para convertirse en un enclave marítimo de primer orden". Fue la época del Descubrimiento y de las franquicias mercantiles, dominadas por una poderosa aristocracia relacionada con el mar y la navegación, especializada en fletar expediciones comerciales y militares, de forma que algunos restos aparecidos son coetáneos a la estancia del navegante Cristóbal Colón o del cartógrafo Juan de la Cosa en la ciudad del Guadalete.

Este es el primer camposanto histórico del que se tiene constancia arqueológica en el casco urbano de El Puerto, muy anterior al actual Cementerio Municipal y que en determinados momentos pudo utilizarse conjuntamente con el de la Iglesia Mayor Prioral, donde también se documentan enterramientos en el siglo XV. Su hallazgo constituye toda una sorpresa y suscita interrogantes: ¿Cuál fue su origen remoto? ¿Qué importancia tuvo realmente la ermita de Santa Clara en la historia de El Puerto?

Ester López Rosendo, la arqueóloga directora de las excavaciones, ha documentado la localización de la necrópolis "alrededor de todo el edificio de la ermita, con una extensión a lo largo de la calle Cruces y en dirección a la Avenida de Sanlúcar". No obstante, las dimensiones completas del cementerio están todavía por desvelar y podrían dilucidarse cuando se inicie la urbanización para los nuevos pisos en el propio solar de Santa Clara.

Se conoce con seguridad que se realizaron enterramientos en el interior del edificio religioso, bajo cuyos cimientos aparecieron inhumaciones durante los trabajos de restauración de la Escuela Taller Ermita de Santa Clara, en el año 2006. En aquella ocasión, las osamentas humanas no estaban integradas en estructuras funerarias, a diferencia de la presente excavación, aunque también ahora han aflorado tumbas sencillas en ataúdes de madera, cuya datación se podrá conocer mediante Carbono 14, unas pruebas que financia el Servicio de Patrimonio Histórico. De cualquier forma, las obras de restauración realizadas en 2006 por la escuela taller (dirigidas por el Área de Fomento) no contemplaron una investigación rigurosa de los restos hallados, las excavaciones fueron realizadas por los propios alumnos "y ante esta falta de previsión, casi de emergencia, la recogida de material de origen visigodo y de un indudable valor para la historia de la ciudad no se hizo bajo una exhaustiva documentación arqueológica", lamenta Ester López, que deberá iniciar una nueva excavación dentro de la iglesia.

En esta segunda fase del proyecto de 'Rehabilitación de la Ermita de Santa Clara', aprobado por la Concejalía de Urbanismo, el procedimiento es sistemático, con personal especializado, una metodología científica y un proyecto arqueológico autorizado por la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, en el que se incluyó "la realización de un estudio arqueológico complementario a las tareas de puesta en valor del edificio histórico". Y así, en paralelo a la restauración que ejecuta la empresa Caminos, Canales y Puertos, la gestión de las excavaciones está a cargo de la firma Arqueoteca, Asesoría de Arqueología y Patrimonio Histórico, donde también participan Nuria Herrero Lapaz y estudiantes de tercer ciclo de las universidades de Cádiz y Sevilla.

Por el momento, la excavación ha sacado a la superficie cerca de 40 sepulcros de envergadura, construidos con ladrillo y piedra ostionera, de estructura abovedada y que conservan restos y ajuares que revelan el elevado estatus social que tuvieron sus propietarios. Los restos óseos aparecidos están en buen estado de conservación y los ropajes y objetos religiosos son tan notables, que en un primer momento los investigadores llegaron a considerar que se trataba de un cementerio judío. Aunque los resultados de la investigación están en fase preliminar, los ajuares "vinculan a la población enterrada con la época bajomedieval, con perduración del espacio funerario hasta el siglo XVIII". No obstante, se ha descartado que la necrópolis tenga un origen judío, ya que "han sido hallados numerosos elementos relacionados con la religiosidad popular cristiana, como rosarios, medallas y cruces de bronce". Cada enterramiento es una biografía por descubrir, pues la costumbre de colocar una lápida con el nombre del difunto no existía en la Edad Media. Entre las tumbas excavadas destaca por ejemplo el hallazgo de un enterramiento que se vincula con las peregrinaciones a Santiago de Compostela, que ya existieron desde finales del siglo XIII, "y que posiblemente se trate de una de las evidencias arqueológicas más antiguas encontradas en el Sur de la Península Ibérica de práctica de la ruta del Xacobeo", tal como destaca Ester López. La investigación arqueológica que se está realizando sobre rituales y ajuares funerarios se complementa con un estudio paleoantropológico encargado al médico Juan Fernández de la Gala.

La arqueóloga directora de las excavaciones confirma que la buena conservación y notable entidad de las estructuras funerarias indican que el cementerio "debió estar asociado a una población con alto poder adquisitivo, propio de una ciudad portuaria y muy vinculada al comercio como era El Puerto a fines de la Edad Media. Además, es la primera necrópolis de esta naturaleza documentada en la provincia de Cádiz, "y sólo es comparable con otras de semejante cronología y tipología halladas en ciudades como Sevilla, Córdoba o Toledo, que contaban igualmente con un importante núcleo medieval".

El hallazgo ofrecerá una valiosa información sobre los habitantes de El Puerto de finales de la Edad Media, una época de la que apenas se conservan documentos pero cuya historia ha pervivido oculta durante siglos en esta antigua necrópolis.

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