Las Fundaciones Literarias, a debate en la presentación del libro de Antonio Javier González Rueda
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El autor expuso durante la presentación en la Fundación Alberti las carencias de estas figuras que custodian el legado de los autores
El investigador Antonio Javier González Rueda presentó en la tarde-noche del jueves en la Fundación Rafael Alberti su libro Patrimonio literario y gestión cultural, un trabajo que parte de su tesis doctoras sobre la gestión de las Fundaciones Literarias de Autor.
El acto contó con la participación de la periodista Teresa Almendros, delegada de Diario de Cádiz en El Puerto, quien a través de un un formato de entrevista fue dando pie al autor para ofrecer detalles del contenido de su libro.
La concejala de Cultura, Lola Campos, excusó su ausencia alegando un compromiso de última hora.
El trabajo de investigación se centra en la gestión de varias Fundaciones Literarias de Autor de la Provincia de Cádiz y se detiene sobre todo en algunas como la propia Fundación Rafael Alberti, que no sale muy bien parada de este análisis, siendo la Fundación Caballero Bonald la que más se acerca a lo que debería ser la gestión de este tipo de entidades, cuyo fin último debería ser sobre todo, preservar el legado de los autores y facilitar la labor de los investigadores para que ese legado no pierda vigencia.
En el libro se habla también de otras fundaciones como la Carlos Edmundo de Ory o la Fundación Pedro Muñoz Seca, esta última hoy por hoy prácticamente sin actividad.
Una de las cuestiones que se abordan en el libro es el hecho de que estas fundaciones sean entidades sin ánimo de lucro, que no incluyen la gestión de los derechos de autor y dejan este asunto en manos de los familiares, lo que muchas veces ha perjudicado la difusión del legado de los autores.
Se habla también de la controvertida figura de las viudas de estos escritores, hombres en la práctica totalidad de los titulares de este tipo de Fundaciones, denunciando el autor un cierto sesgo machista en estas críticas generalizadas.
El libro de Antonio Javier González Rueda, a pesar de su vertiente crítica, no se queda ahí sino que concluye con una propuesta de modelo de gestión cultural para este tipo de fundaciones literarias de autor, así como con un completo catálogo de conclusiones y buenas prácticas que pueden ser muy útiles de cara al futuro.
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