Fallece Félix Tejada Prieto, el artífice del toro de Osborne
El artista contaba con 81 años de edad y llevaba ya jubilado unos 15 años, llevando sus hijos desde entonces las riendas del negocio
Esta semana ha fallecido, a los 81 años de edad, Félix Tejada Prieto, maestro de forja y fragua quien durante muchos años se encargó de dar forma a las vallas publicitarias del toro de Osborne, emblema diseñado en 1954 por su tío Manolo Prieto.
Félix Tejada nació en diciembre de 1933 en El Puerto y el mundo de la forja ya lo llevaba en la sangre, pues su abuelo materno era cerrajero. Con apenas doce años comenzó a trabajar junto a su hermano Pepe y uno de sus tíos en la fragua familiar. Allí comenzó en el oficio desde abajo, como aprendiz, pasando después por varios talleres de El Puerto y Jerez hasta que en los años 60 comenzó a trabajar como soldador para una empresa americana en la Base Naval de Rota.
No fue hasta el año 1964 cuando Félix tuvo ocasión de poner en marcha un negocio propio, un taller que instaló en la calle Conejitos.
Aunque la empresa de Félix Tejada prosperó pronto, ejecutando multitud de trabajos de forja, fragua y decoración, sin duda el encargo por el que se hizo más célebre fue la ejecución del toro de Osborne, el famoso emblema publicitario que debido a su trascendencia llegó incluso a ser indultado cuando las leyes prohibieron la publicidad en las carreteras españolas.
El diseño del toro era obra de otro portuense, Manolo Prieto, a la sazón tío de Félix. El logotipo del toro data de 1954, aunque no fue hasta 1958 cuando se le dio forma, al principio con figuras de madera. Tras comprobarse que hacía falta un material más resistente, el encargo de realizar el toro de forja le llegó primero a su hermano Pepe, aunque el azar quiso después que fuera Félix quien ejecutara el trabajo, encargándose tanto de la instalación de los toros por toda España como de su mantenimiento.
Félix Tejada llevaba ya unos 15 años jubilado pero el negocio de forja y fragua sigue adelante de la mano de sus hijos y hasta hace escasas fechas era habitual verlo al pie del cañón, siempre pendiente del trabajo que fue su pasión. Descanse en paz.
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