Contemplación de Aves, las notas musicales en la naturaleza
Ornitología
Crónica de dos rutas ornitológicas por la Laguna de la Rana Verde (Chiclana) y el sendero de Castilnovo (Conil)
Chiclana se une a ‘La Gran Semana’ de la biodiversidad con una ruta ornitológica
Marcha por la protección medioambiental de Castilnovo, en Conil
El ornitólogo Francis Silva, o la pasión de un niño, cuando pasea por la naturaleza, se entusiasma contándote historias y anécdotas de sus periplos -en busca de aves por el mundo- y a voz en grito manifiesta que crece y se nutre de energía
Cantos, vuelos, sonidos o plumajes. Cuando el alba aún se despereza, Francis Silva, ornitólogo y gerente de la empresa Aviturismo, contempla con detenimiento -y pasión desbordada-, los primeros movimientos de las aves en sus entornos naturales. Y oye sus cantos. Desde las notas simples y espaciadas de golondrinas y gorriones, las repeticiones rítmicas de los carboneros comunes a las frases inconfundibles de verderones o jilgueros. Notas melódicas y sublimes ante el silencio.
Y contempla los trazos que delimitan sus andares por el cielo. Incluso imagina lo que algún día manifestara Félix Rodríguez de la Fuente: “estaba un día solo: había pasado el águila real, y no solamente me había brindado uno de sus penetrantes vuelos de caza, sino que había estado describiendo las más fantásticas acrobacias en compañía de su pareja. ¡El águila. El macho y la hembra colgados en el cielo estuvieron como 5 o 10 minutos. ¡quién sabe!..!Yo estaba prendado de sus alas!..!quería volverme pájaro!...".
En esta ocasión, el pasado domingo asistí, por Chiclana (Laguna de la rana verde) y Conil (Sendero de Castilnovo), a estas dos rutas, enmarcadas en el Reto Ornitólógico: ‘La Gran Semana. Ciencia ciudadana por la biodiversidad’, un reto participativo que se desarrolla entre el 17 y el 26 de mayo y en el que diferentes organizaciones y colectivos de todo el país se unen para promover actividades científicas que den a conocer nuestra biodiversidad y cómo colaborar en su conservación. Organizado por Aviturismo en colaboración con los Ayuntamientos de cada localidad. El próximo sábado 25 de mayo, se recorrerá el río Guadalete a su paso por Arcos de la Frontera.
En varias ocasiones acompañé a Francis Silva en uno de esos encuentros por los rincones donde las aves se unen, disfrutan y nos ofrecen espectáculos naturales difíciles de describir. En unas de esas charlas, en medio del camino, interrumpidos por un: “mira allí arriba un Aguilucho Lagunero…mira un Morito”, me decía que en el camino del conocimiento de las aves (y no se quedó en el envoltorio), te das cuenta que son seres fascinantes y verdaderos maestros de la adaptación, la resiliencia y su manera de sobrevivir y prosperar. Y, con ese rictus de niño grande, se le iluminaban los ojos y defiende, con vehemencia, que la lección de las aves le anima a seguir adelante en momentos de dificultad. Me recuerdan -decía-que existe una manera de superar los obstáculos y encontrar y recorrer nuevos caminos. La fe es el pájaro que siente la luz y canta cuando el alba aún está oscuro, balbuceada Rabindranath Tagore.
Cuando Francis se entusiasma contándote historias y anécdotas de sus periplos -en busca de aves por el mundo-, a voz en grito manifiesta que crece y se nutre de energía cuando piensa que la naturaleza le pertenece a los niños. Y saca fuerzas de flaqueza.
La pasión por la naturaleza le llevó a muchos por rincones, a muchas vivencias. Y se vino cargado de razones para seguir trasmitiendo la pasión que colma sus aljibes interiores. Aquellos que comenzaron a llenarse de pequeño. Es aquella persona que, cuando paseas de su mano por las rutas ornitológicas que dirige, te impregna su manera de entender lo que estás viendo, de amar en definitiva a las aves que saludamos a nuestro paso. A nadie deja indiferente. Y de eso soy testigo mudo.
Después de ese viaje por marismas, caminos llenos de sal o lagunas. Tras ese aperitivo, cerveza de por medio, llega la charla y la puesta en común de lo recibido, de lo vivido.
Cuando el cuerpo se recompone en casa, tras ese pateo eterno por la naturaleza, es el momento de reflexionar. Los trazos de las aves en el horizonte dibujan sonogramas y la caligrafía de una naturaleza que se resiste a dar su mano a torcer.
Pablo Neruda, siempre certero, decía que de nada sirve la luz si no va a iluminar el camino de los demás. En estos recorridos por la naturaleza, pude adivinar la luz de Francis Silva. Su esencia. Miren al cielo, piérdanse.
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