Efemérides

Con nombre propio

  • José María Otero

La Feria de la Tapa de Utrera, afia m Sagasta

La crisis de los astilleros es una constante en la historia de la ciudad de Cádiz. En una de estas situaciones, con cientos de obreros sin trabajo, se encontraba la Bahía en 1890. Afortunadamente, en marzo de ese mismo año el Consejo de Ministros, que presidía Práxedes Mateo Sagasta, acordó conceder a los astilleros gaditanos de Vea Murguía la construcción de un formidable crucero que garantizaba trabajo y jornales para varios años. El importe de la obra alcanzaba los quince millones de pesetas

Este periódico recogía la discusión mantenida entre los miembros del Gobierno y ponía en boca de Sagasta la siguiente frase: "Basta de discusiones. Es una promesa hecha a Cádiz y es cuestión de honor cumplirla". También hacía referencia al apoyo prestado por Segismundo Moret a los intereses de Cádiz.

De la desesperación se pasó a la alegría desbordante en pocos momentos. Cientos de gaditanos manifestaron por las calles su júbilo dando vítores a Sagasta. Tres días después de la concesión, el concejal Guilloto propone al Ayuntamiento que Práxedes Mateo Sagasta sea nombrado hijo adoptivo de Cádiz y que se le de su nombre a una de las calles principales. La propuesta es aprobada y la calle de la Amargura pasa a denominarse Sagasta.

También se recuerda que al triunfar en Cádiz la sublevación contra Isabel II, el general Prim designó a Sagasta gobernador civil de nuestra ciudad. Cargo que ocupó durante once días.

Sagasta había nacido en un pueblo de La Rioja en 1825. Ingeniero de Caminos pasó de ser condenado a muerte por actividades revolucionarias contra la Monarquía a ser, junto a Cánovas, uno de los artífices de la Restauración. Ministro y presidente del Gobierno en numerosas ocasiones, falleció en 1903.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios