Algo más de 163.000 millones de euros se fugaron de España entre enero y mayo, una cantidad sin precedentes en la historia del país, según los datos publicados ayer por el Banco de España. En el mismo periodo de 2011, ese saldo fue positivo, con una entrada neta de capitales de algo más de 14.500 millones.

Sólo en mayo salieron del país 41.294 millones, una cantidad más de cuatro veces mayor a la del mismo mes de un año antes. Y es que ése fue el mes en el que estalló la crisis de Bankia, que acabó siendo nacionalizada por el Gobierno y que precisa una inyección de 19.000 millones para solventar los agujeros que le dejó el estallido de la burbuja inmobiliaria.

La desconfianza y el clima de incertidumbre han llevado a aumentar las desinversiones en España tanto de extranjeros como de nacionales, al tiempo que se están repatriando algunos fondos.

Las cifras de las salidas de capitales comprenden la venta de deuda española por parte de inversores extranjeros, préstamos, depósitos, acciones bursátiles y operaciones interbancarias.

La huida de fondos de España se extiende ya durante 11 meses consecutivos, en los que salieron más de 259.000 millones de euros del país.