El teatro de los sueños
Cantar en el Falla, para cualquier agrupación, conlleva una serie de protocolos y rituales por los que vamos pasando, de forma generalizada, año tras año. Te vistes en la peña, vienen amigos y familiares a desearte suerte, se calientan voces, se hace el pasacalle… Cada año puede haber variantes, pero el ser humano es bastante tozudo en la cuestión de repetir tradiciones, ya que es una forma de anclarse a aquello que recuerdas, que te identifica y te hizo ser quien eres.
En camerinos también existe un protocolo, cada vez más rígido, por cierto, que hace que los grupos vayan pasando de un sitio a otro, hasta que entras en escena. Este año, que llevamos en la comparsa a algún que otro componente que se estrenaba sobre las tablas, al entrar por la trasera y descubrir la zona destinada a los montajes suscitó la admiración y la pregunta "¿cómo se monta todo esto?"
Es difícil valorar el trabajo de otras personas cuando no lo ves por dentro. Y por más años que pasen, cada vez que voy al Falla a cantar, caigo en la cuenta del inexplicable trabajo que realiza el equipo de tramoya. Y digo inexplicable porque parece imposible que se monten en una misma noche siete (o más) espectáculos completos cada uno con su propia escenografía y su propia iluminación, y sin apenas errores. No es magia, es trabajo. Un trabajo que se prepara con muchas horas de antelación, con un personal implicado en lo suyo, tratando por todos los medios que la agrupación brille, independientemente de su procedencia, humildad o presupuesto. Horas en las que se hacen las marcas de cada escenografía, se calibran los tiempos, se estudian las luces, las entradas, las salidas, se colocan los forillos y se hace la planilla de cada grupo para que luego el montaje y la actuación vayan como la seda. Todo esto, además, aconsejando a los grupos sobre las mejores opciones disponibles, aportando ideas y resolviendo problemas inverosímiles que con frecuencia se presentan.
Así es nuestro Teatro de los Sueños. Desde fuera el espectáculo, desde dentro el trabajo. Todos los que amamos esta fiesta no tenemos suficientes palabras de agradecimiento y admiración para el equipo de tramoya del Falla.
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