Manolo Martín 'El gitano': "Mi padre nos convenció de que el estribillo '¡Qué bonito está mi Cai!' era un pelotazo"

Retrocarnaval

Puede presumir de haber salido en grupos que dejaron para la historia coplas míticas como el estribillo de 'El profesor Majareta...' o la presentación de ‘Caleta’

Fue ‘zombie’ con Martínez Ares y dirigió el primer premio de 'Nos quedamos de piedra' en 1989

Manuel Martín ‘El gitano’ en el exterior de su domicilio en el Río San Pedro.
Manuel Martín ‘El gitano’ en el exterior de su domicilio en el Río San Pedro. / Jesús Marín

Manuel Martín Caramé ‘El gitano’ fue un gran chirigotero y su hijo, Manuel Martín García -de casta le viene al galgo- un gran comparsista -con incursiones en el 3x4-, también apodado ‘El gitano’. “Mi abuela María era gitana, familia de Pastora Imperio, y de ahí le vino a mi padre el mote, que yo heredé. Mi padre estuvo en un cuadro flamenco, con Manolo Motreno el que salía con Paco Alba, de bailaores los dos”, explica Martín hijo.

Tenía tan cerca el Carnaval, que su padre, director de chirigotas históricas como ‘Los ligones’, ‘Los empapeladores’ o ‘Los tontos de las bolas’, de Juan Poce, le invitó a salir en una que él estaba preparando, ‘Los vendedores de corbatas orientales’, en 1972. Manuel tenía solo 14 años.

“Tres años después, en 1975, salí en una comparsa juvenil, ‘Romance caletero’, que venían con nosotros El Caracol, Pepillo, Benito Cervantes… gente buena. El concurso se hacía en el Teatro Pemán y fuimos primer premio. En el jurado estaba Paco Alba, lo que nos hizo mucha ilusión”, recuerda.

Estuvo luego en dos comparsas, de adultos, que curiosamente, siendo de distintos autores, reivindicaban el Carnaval en sus fechas naturales: ‘Ilusión carnavalesca’ en 1976, de Miguel Villanueva, tercer premio en el último año de las Fiestas Típicas, y ‘Bienvenido febrero’ en 1977, de Joaquín Sánchez Alba. “Este era el hermano del Noly. El Noly venía con nosotros de bombo, pero como no tenía la edad para cantar con los mayores, el bombo lo cogí yo. Lo tocaba y a la vez hacía contraltos”, apostilla.

El primero agachado por la derecha en la chirigota 'El profesor Majareta y los niños probetas', de 1979.
El primero agachado por la derecha en la chirigota 'El profesor Majareta y los niños probetas', de 1979. / D.C.

Su padre le vuelve a reclutar para una chirigota en 1979, de San Fernando, llamada ‘El profesor Majareta y los niños probetas’, original de Juan Rivero y José Ramos ‘Requeté’, primer premio provincial. Manuel Martín recuerda su estribillo, el mítico “Qué bonito está mi Cádiz, qué bonita es mi ciudad…”, y aclara que “ese estribillo lo llevó Requeté. Al grupo no le gustaba, nos parecía de niños chicos. Y mi padre nos convenció, recordándonos que precisamente íbamos de eso, de niños chicos, y que iba a ser un pelotazo. Y así fue. Se quedó para la historia”.

"El año de 'Caleta' hubo mucha polémica y fue un cajonazo gordo, pero el primer día cantamos muy mal. Y como había mucha competencia, nos quedamos fuera”

Al año siguiente tuvo la oportunidad de cantar otra copla histórica: la presentación de ‘Caleta’, la comparsa de Antonio Martín, con la música de la canción ‘Amor pecador’ de Los Chichos. “Me llamó para salir el Catalán Chico, le había gustado cómo cantaba yo en ‘los niños probetas’. Ese año hubo mucha polémica y fue un cajonazo gordo, pero el primer día cantamos muy mal. Y como había mucha competencia, nos quedamos fuera”, admite.

Reconoce la complicación del final de pasodoble de esta comparsa. “Había que saber respirar para cantarlo y llegar bien, era un pasodoble muy rápido. Era muy bonito. Una comparsa completa”, señala.

Requeté haría al año siguiente, 1981, una chirigota en la capital llamada ‘Los marchosos de Fuentegirola’, dirigida por Manuel Martín padre, que volvió a llamar a su hijo. Fue el último año antes de la unificación de provinciales y locales en comparsas y chirigotas. “Ganamos el primer premio, aunque la modalidad estaba entonces de capa caída”, reconoce.

Después de esta experiencia, Aurelio Real le fichó para una comparsa que estaba preparando con Joaquín Quiñones de cara al Carnaval 82: ‘Dioses del Olimpo’. “Yo salía mucho con Juanelo y cantábamos juntos en concursos de coplas antiguas como el de la peña Macías Retes. Y se estilaba cantar en los bares, como el Parlamento del Carnaval, que estaba en la calle Desamparados. Juanelo, yo y el Lupi, hermano de La Petróleo, teníamos un trío. Y Aurelio nos dio el toque para salir. También estaba en ese grupo de ‘Dioses del Olimpo’ el Caracol, que ya había salido conmigo. Antonio el Tarta, Catalino, Hapo, Félix, el Cuevas… un grupo muy bueno”. La comparsa ganó por delante de ‘Los pimpis de Cai’ y ‘Voces negras’.

El proyecto para 1983 se llamaba ‘Robots’, pero Manolo Martín no quiso seguir “porque no me hicieron gracia algunos cambios en el grupo”. Se unió entonces a ‘Discípulos del diablo’, de Antonio Miranda y Paco Rosado, dirigida por Juanelo. “El grupo sonaba impresionante, pero el tipo no conectó, era arriesgado, de rockeros con unas mallas...”, apunta.

El Gitano seguía cambiando de grupos y para 1984 le tocó entrar en uno del que era admirador, el de la peña Nuestra Andalucía. “Me llamó Jesús Monzón para salir en ‘Requiebro’ y allí conocí a Martínez Ares, que llegó con 15 años y sorprendió a todos. Muy joven, con sus gafitas, muy humilde, pero cuando llegó y cantó el pasodoble… ufff.., qué cosa más bonita. Ahí supe que ‘El niño’ iba a ser un grande escribiendo”, evoca.

Los veteranos de la peña Nuestra Andalucía, comparsistas castizos, no estaban dispuestos a disfrazarse de muertos vivientes para el Carnaval 1985. Así que Martínez Ares se marchó con su idea, ‘Zombies’, llevándose consigo a Manolo Martín. “También se vinieron Ángel Subiela y Félix”, indica. Tocaba buscar grupo, gente joven que respaldara las ideas innovadoras del autor. “Fue llegando gente: Pati, Noso, Fernandi… y me tocó la dirección, por ser de los que llevaban más tiempo en el Carnaval. Y tiramos para adelante, ¿quién dijo miedo?”.

"En 'Requiebro', cuando Martínez Ares llegó y cantó el pasodoble… ufff.., qué cosa más bonita. Ahí supe que ‘El niño’ iba a ser un grande escribiendo"

Fue una comparsa rompedora, propia de un joven autor. “Eso fue un espectáculo. Manuel Portela, el representante, nos quería llevar a Nueva York para que Michael Jackson viera qué habíamos hecho en Cádiz con tres pesetas. Y Paco Leal, el maquillador, fue clave. Fuimos a su casa a ver la prueba de maquillaje. Se había maquillado él mismo y se asomó a un balcón de su casa en la calle San Francisco. Y nosotros, desde abajo, dijimos ‘¡esto es lo que queremos!’. Fue increíble”, rememora.

La caracterización como los zombies del video ‘Thriller’ causó sensación. “Haciendo el pasacalles al Falla, de noche, la chavalería que nos veía venir salía corriendo. Hasta entonces las comparsas no se metían en el tipo y nosotros lo hicimos”, asegura.

No olvida la actuación en el teatro Lope de Vega de Sevilla. “Cantamos y nadie aplaudía. Era raro. Cuando ya nos íbamos se puso la gente en pie. Era un público acostumbrado a la ópera o al teatro, donde se aplaude al final. No era un público de Carnaval. Ya después volvimos a saludar y cantamos otras cosas. Estoy muy orgulloso de haber salido en ‘Zombies’”.

En la comparsa ‘Zombies’ (1985), tercero por la izquierda con camisa blanca.
En la comparsa ‘Zombies’ (1985), tercero por la izquierda con camisa blanca. / D.C.

‘De locura’ fue la apuesta de Martínez Ares para 1986. “Era otra buena comparsa, aunque no fue a la final. Antonio seguía con su sello y se la jugaba. Entonces no era conocido, pero eso lo saca ahora y se sale. Aparte, ahora se canta mucho mejor que antes, las cosas como son. Se ensayaba dos meses y medio y hoy son cinco, con la gente más escogida”, defiende.

Convencieron al autor para sacar “algo más gaditano”, que parecía la vía más segura para entrar en una final. Así nació ‘Esto es Carnaval’, que fue cuarto premio en 1987. Pero “Antonio no estaba cómodo, no era su forma”. Fue el último año de Manolo Martín en este grupo. “Para el año siguiente no contó conmigo, simplemente. Quería seguir su línea y era respetable”, apostilla.

Tras un descanso en 1988, es reclamado por los hermanos Alcántara para dirigir una comparsa llamada ‘Nos quedamos de piedra’. “Empezamos a ensayar y faltaban componentes a dos meses del Falla. Yo tenía buenos amigos en San Fernando y me los traje. Le dimos caña, llegamos al Concurso y ganamos el primer premio. Sabíamos que era una buena comparsa, pero no soñábamos con ganar. Aunque en un ensayo al que vinieron gente de Nuestra Andalucía, Jesús Monzón nos dijo que no sabíamos ni lo que llevábamos. Al jurado le gustó más lo clásico que ‘Soldaditos’, que era más moderna”, relata.

En la comparsa ‘Requiebro’, la primera de Martínez Ares en 1984.
En la comparsa ‘Requiebro’, la primera de Martínez Ares en 1984. / D.C.

No hubo tanta suerte en 1990 con ‘Fin de fiesta’ y la comparsa, tras un año sabático, regresó en 1992 con ‘La fragata’, que estuvo a punto de ir a la final, pero se produjo la pérdida de una letra de las que había que entregar obligatoriamente. “Estaban locos por quitar a alguien de en medio, y nos tocó a nosotros. Si dependes de cuatro personas de un jurado, esto es lo que hay. Y hay que conformarse. ‘La fragata’ sonaba que era un bastinazo", afirma.

En 1993 entró en un grupo histórico, el de ‘Con gancho’, para salir en ‘Chévere’ junto a Juan de Dios Santana y Noso (autores), Selu Monzón, Ávila, Paquichi, Bohórquez… Siguió con ellos en ‘El desván’ de Antonio Busto, en 1994, y acabó en 1996 con ‘Mamarrachos’, de Pedro Romero y Aurelio Real.

Se despidió en 1997 haciendo la música para la chirigota ‘Entre amigos’. Era muy joven para retirarse, aunque lo hizo con un gran historial. “Yo estaba un poco quemado. Y veía cosas que no me gustaban, de ambiente, de organización del Carnaval”, admite.

"Hoy en día está todo más sofisticado. Esto siempre ha sido del pueblo. Eso se ha perdido”

Reconoce que sigue el Concurso de cerca. En la comparsa “no se entera uno muy bien del mensaje con tantos contraltos” y cita como autores punteros contemporáneos a Juan Carlos Aragón y a Martínez Ares. Habla de “aquellos tiempos en los que se cantaba en todas partes, en bares, en esquinas, pero hoy en día está todo más sofisticado. Esto siempre ha sido del pueblo. Eso se ha perdido”.

En la comparsa 'Esto es Carnaval' (1987) de Antonio Martínez Ares.
En la comparsa 'Esto es Carnaval' (1987) de Antonio Martínez Ares. / D.C.

Tenor y, a veces, contralto, El Gitano enumera a sus referentes como voces del Carnaval. “El Carli Sibón, Galleguito, Catalán Chico, Antonio de Ávila ‘La Moniata’, que cantaba precioso, Caracol, Luisito, que salía en ‘Caleta’ y lo hacía muy bonito...”. ¿De la actualidad? “Pues… El Pájaro, que sale con El Chapa, canta muy bien. Y algunos más, pero con tantas voces hoy los pasodobles no se pueden cantar. No te quedas con el tenor, con cinco contraltos delante. Por cierto, me gusta mucho la comparsa de los chavales, la del Piru y el Tomate”.

Finaliza aseverando que ‘El profesor Majareta y los niños probetas’ es la agrupación con la que más ha disfrutado. “Estuvimos cantando en Madrid, en la Venta del Gato, donde paraban los artistas. Allí conocí yo a Sancho Gracia y a jugadores del Madrid. A nosotros nos ponían al final, como fin de fiesta. Estuvimos un mes allí y me llevé a mi mujer y a mi hija en avión para allá. La chirigota es otro mundo”, sentencia.

En la Bazán gracias a Juan Rivero

Manuel Martín García nació el 7 de enero de 1958 en el número 2 duplicado de la calle Patrocinio, barrio de La Viña. Cuando solo tenía tres años la familia se mudó a Puerta Tierra y Manuel estudió en Amor de Dios, en un colegio de monjas en Puntales y en Salesianos. Muy pronto, a los 14 años, comenzó a trabajar como aprendiz de fontanero y luego de empapelador en Las Cortes Decoración. Juan Rivero, al coincidir con Manuel en ‘El profesor Majareta y los niños probetas’, le metió en su cooperativa de la Bazán, haciendo varios trabajos, hasta que se jubiló por una invalidez. Está casado con Carmen Rosales. Tienen tres hijas: María del Carmen, Verónica y Patricia. Y tres nietos: Javi, Valeria y Noah.

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