El legado de Adela

Tres autores de primer nivel nos dejaron en los últimos años, y todos ellos aportaron una suma considerable de creaciones, y por tanto contribuyeron a engrosar el ramillete de coplas que nuestra fiesta conserva desde hace varios siglos.

A los tres, la televisión andaluza honró merecidamente en un reciente programa, denominado ‘El Legado’ , sin duda porque su legado es para todos los aficionados o simpatizantes de la fiesta, una forma de contribuir a nuestro acervo cultural. Queremos significar que estos no son sin embargo los únicos que en un periodo reciente pasaron a otra vida dejando su obra y su huella, porque notamos al menos alguna que otra ausencia que, de no producirse, hubiera hecho mejor justicia y una contribución esencial a las raíces de nuestra Fiesta.

En este Carnaval de nuestras culpas, donde tanto se reivindica el papel de la mujer como una aportación esencial, y donde su presencia se ha hecho cotidiana, tanto en el COAC como en la calle, no hemos notado la reivindicación ni en la crítica, ni en las coplas, de un importante lapsus de un “legado”, que a mí se me antoja como un vacío inexplicable.

Si estos autores que recientemente nos abandonaron eran merecedores de figurar con letras de oro en el archivo de la añoranza, no menos lo era esa dama del tanguillo, que un lejano año de 1981 apareciera en la fiesta gaditana con sus ‘Mariscaores gaditanos’.

Porque Adela del Moral Pino, además de ser una líder indiscutible en su agrupación, fue un pilar fundamental en la incorporación de la mujer a los Carnavales y un referente en la lucha por crear y conservar los sones tradicionales del tanguillo gaditano, con humildad, sin adjudicarse más méritos que los que ella tenía, y al mismo tiempo los que paseaba por su maestría, su dedicación y sus méritos propios.

La televisión andaluza, perdió una ocasión para contribuir a fortalecer esa batalla que las mujeres vienen planteando en la gran fiesta de Cádiz.

Por su memoria y por ese olvido, vaya mi más sentida llamada de atención.