coro

El batallón Fletilla

El tipo. Guerreros preparados para la batalla de las coplas. Las coplas. Una batalla de coplas. Una guerra en el Falla y otra en la calle. Una pelea en la que llevan a Cádiz por bandera. Cañonazos desde El Cañón del coro de Faly Pastrana, que se la juega con un repertorio completamente original. Tras un Concurso largo, se reservan para la última noche -entra dentro de las estrategias de las agrupaciones punteras- un primer tango dedicado al caso Nadia. Destaca de la letra el enfoque inicial sobre el sensacionalismo en el que se mueven la sociedad y los medios de comunicación al comerciarse con "la sangre y la propia vida", por lo que "se vende la enfermedad" para pedir por ella. Por ello, al centrarse en este suceso -el tramo que se asemeja más a lo ya cantando, por lo que baja un poco-, no comprenden que un padre "se invente la enfermedad de su hija" para jugar "con las almas solidarias y el cariño de la gente", por lo que piden que "lo encierren y no salga jamás". Mucho mejor el tributo de la segunda letra a los autores que se enfrentaron a la censura en tiempos de la dictadura con el doble sentido y sin miedo a la prohibición, mientras que en la actualidad se guardan las verdades en un cajón, por lo que en otros tiempos dieron un ejemplo de lo que hay que cantar. Sobresale de la tanda de cuplés el segundo, que lo hilan con estribillos de Fletilla para contar la de besos que una mujer le dio en su cotorrita -de Filipinas, por supuesto-. Cuelan un bastinazo en el primero, en el que Fernando Trueba está bizco por las manualidades que se hace -dicho finamente-. A partir de ahora, disciplina fletillera para vivir el verdadero Carnaval.

En semifinales

Las coplas. Guerreros del Carnaval más puro. Cañonazos para intentar repetir el primer premio. Una legión defensora del tango gaditano, en el que mezclan la dulzura con la potencia en su justa medida. Un tipo metacarnavalero se presta a una defensa a los que hacen cola para conseguir una entrada para el Falla. Una primera letra en la que se enfrentan a los que les critican por ser "vagos y maleantes sin ganas de trabajar". Comparan con acierto con las colas "más serias" que se producen en otras fiestas, por lo que piden respeto para los que quieren disfrutar del Concurso. No desentona la segunda letra a los distintos usos de las velas para recordar el suceso de la mujer Reus que falleció al incendiarse su casa, por lo que ellos mandarían una caja con las velas de esta casa a los responsables para que vean a cuánta gente mataron. Resbalan un poco en los cuplés, en los que la cabeza les huele a cierta parte de su mujer tras implantarse pelos y su mujer les amenaza que se va a echar un querío, por lo que le piden que sea del coro para ir juntos en el coche. El batallón camina con paso firme hacia la final. 

Puntuaciones de semifinales Puntuaciones de semifinales

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En cuartos

Las coplas. Una resistencia por el Carnaval de siempre. Férrea disciplina fletillera. Tangos para meterse en la pelea, con una música que sigue siendo una delicia, sobre todo por el trío, en el que mecen la melodía con un piano, y por la manera de cantar del grupo, que se maneja sin excesos en todos los registros. Un tipo metacarnavalero se presta a una letra como la primera, en la que se lamentan con acierto de las promesas vacías de los políticos para la construcción del Museo del Carnaval y repasan algunos de los elementos de la fiesta que deberían estar incluidos en él. Se muestran más rotundos en la segunda letra, en la que un político le dice al Rey Juan Carlos I que es la persona perfecta para callar todos sus secretos "mientras le pago las putas". Palos a dos bandas: la política y la monárquica. Algo más normalitos los cuplés, en los que su niño se bebe el Nesquik con un turulo -muy edificante para un niño- y a una pelea con uno del batallón que quiere que lo remate, con erótico resultado.

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En preliminares

las coplas. Una guerra para defender el Carnaval de siempre, el del aficionado que no se preocupa de los líos del Patronato y pide a gritos las coplas de lavaero. Una marcha militar por Los duros antiguos llama en la presentación al coro de Faly Pastrana a unirse a la pelea. Una batalla con un tema, el metacarnavalero, que no sorprende y que da para volver a caer, luego en su popurrí, en la explicación de cómo debe ser la fiesta. Aun así, las formas, y un grupo con una afinación exquisita, superan al fondo en una nueva revisión del Carnaval. En lo importante, que es el tango, se vuelve a lucir Pastrana con una música que sigue el hilo de las anteriores, con unas hechuras melosas y suaves, especialmente en el trío, para coger garra ya en su tramo final. Una composición que se puede degustar con la primera letra, la típica de medida, que vuelve a ser una loa al nacimiento del tango y su sabor caletero. De la dulzura pasan al varapalo político con una nueva letra a Susana Díaz, la "Dama de Hierro" que tiene a Andalucía agonizando al enterrar el trabajo, la sanidad y la educación, por lo que esperan que se marche a Madrid para "heredar la nación". En el primer cuplé, simpático, echan de menos el Carnaval que hacían los componentes del jurado, aunque le dan la vuelta al decir que ahora ponen de jurado a cualquiera. Sobra el bastinazo del uso del lenguaje y el portal de Belén. ¡A las armas!

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Puntuaciónes COAC 1 / Miguel Guillén

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