el tipo. Abuelas costureras. las coplas. Las canas de la experiencia se sientan ante una máquina de coser que resuena con su tacatá. La comparsa de Las Niñas de Alcalá vuelve a la fase de cuartos con un segundo pase en el que la dulzura y el gusto del grupo están por encima de todo el repertorio, que en esta ocasión se queda un paso atrás por dos letras de pasodoble que dejan sensaciones encontradas por la elección temática y su mensaje, mientras que las partes fijas sí se muestran algo más firmes por el recorrido propio que tienen junto al tipo. El primero de los pasodobles se cae por reincidir en el metacarnaval y la endeblez del mensaje. En este caso, usan el nombre de todas las comparsas que se han metido en cuartos de final para dar cuerpo a la copla con la excusa de buscar un final en el que dicen que todas las comparsas no tienen apellidos, ya que “no son mixtas, de Sevilla o femeninas, solo son comparsas”. Choca mucho el homenaje que le brindan a Juan y Medio en el segundo pasodoble tanto por el desarrollo como por el propio fin de la letra. Lo hacen contando la historia de una mujer soltera que sufre la soledad en su casa hasta que le llega “la salvación” por “un muchacho que cada tarde pasa para visitarme y se cuela en el salón”. Es decir, Juan y Medio. Resalta de todo el pase un buen segundo cuplé a unas patatas con sabor a vagina de una persona “que no era muy limpia”. Regulera el primero a un robo en un banco que, ahora, se tendrá que hacer en el cajero.

Regular.

Preliminares

el tipo. Abuelas costureras. las coplas. El tacatá suena en una máquina de coser que acompaña la vida de estas abuelas, con versos para coser el corazón y descoser la boca. La comparsa de Las Niñas de Alcalá retoma su participación con una idea que se amolda a las características de un grupo que suena bien, aunque existen ciertos desajustes en el montaje de la segunda en el popurrí. Lo más positivo del repertorio es que saben encontrarle un desarrollo propio al tipo en el popurrí, lo que es una virtud cuando la competición se iguala. Con una presentación en la que la poesía no fluye tanto, destaca el toque melódico y el final por bajo de los pasodobles. La primera letra no tiene demasiado vuelo al contar cómo le hacen un vestido a su nieta, para la que no les importa que les cueste el dinero porque están pagadas al darle las gracias. Mucho mejor la segunda al asesinato de Eva Aza al alejarse del melodrama y centrarse en la necesidad de denunciar cada caso de violencia machista para no perder “nuestras vidas”. Reguleras los dos cuplés. Un poco por debajo el primero a una niña disfrazada de Miércoles que es tan fea que debería ser lunes. Un peo se les escapa en el segundo, pero suena más fuerte que una motillo. El popurrí va de menos a más hasta cerrarse con fuerza entre la defensa de los que les llaman viejas y el homenaje a las abuelas.

Aceptable

La previa

La comparsa de Las Niñas de Alcalá se reincorpora al Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del Gran Teatro Falla tras su ausencia obligatoria a causa de la pandemia. Debido al cambio de fechas, renunció a participar en Cádiz para hacerlo en los certámenes de la provincia de Sevilla con la comparsa 'Latidos', con la que obtuvo el segundo premio en Mairena del Alcor y el tercer premio en Alcalá de Guadaíra y Arahal. 

En este 2023, sí estarán en el COAC con 'Las del tacatá'. Con ella, intentarán volver a la fase de cuartos de final, un hito que consiguió en el año 2018 con 'Las irrepetibles'. 

Su trayectoria se inicia en Alcalá de Guadaíra en 2015 con la comparsa 'La isla', dando el salto a Cádiz al año siguiente con 'La desconocida'. A partir de ahí, toman una senda ascendente con 'Una voz de madera' y la ya citada 'Las irrepetibles'. Este éxito, sin embargo, no lo ha conseguido repetir con 'Las cachivache' y 'Las seductoras'. 

En cuanto a la plana mayor de la comparsa, se mantiene sin cambios, con la letra de Jaime Jesús Cruz y Antonio Medina, la música de David Castro y la dirección de Clara Isabel Rojas.