No tienen remedio, por eso son tan esperados. Lo que Juanlu 'Cascana' y su chirigota trajeron al Falla al cierre de la primera sesión fue una oda al surrealismo y la poca 'vergüen'. Nadie como ellos para escenificar el confinamiento y demás situaciones provocadas por la pandemia.

Una pléyade de personajes (reales y de ficción) venían en troupe desde La Viña, legión del barrio que siempre acompaña al grupo. Cascana era Fernando Simón y 'El Popo', la Tía Pepa, protagonista de tantos videos durante el periodo de encierro en 2020. Willy con su silla de ruedas tuneada para parecer un enorme gel hidroalcohólico. El Coñeta, con la suya, en el papel del virus. José Gago, hermano de Ángel, haciendo de Miguel Bosé, negacionista del coronavirus pero no del Carnaval auténtico y disparatado. Y de simples mortales confinados chirigoteros como El Kaka o Juan 'Ardentía'. Como remate al popurrí, la aparición del cantaor gaditano Joaquinito Alegría como si fuera el cartel del Carnaval 2022. Su bañador tipo slip y su capa amarilla. 

Esta chirigota tiene historias para escribir un libro. Unos ensayos disparatados (que han traído por la calle de la Amargura a un hombre tan serio como el Ardentía), con la mitad de componentes que un coro. Pero siempre llegan al Falla y forman el taco. La última les ocurrió pintando el forillo en el exterior de una bóveda de San Carlos, porque dentro no cabía. "Y a esto que pasó una moto por encima y le hizo una raya", contaba Cascana. Otro Carnaval, otra historia.