coro

Por Andalucía

El tipo. Soldados de la patria andaluza. Las coplas. Un pueblo en armas por el amor a su bandera. Una batalla tópica para cerrar la modalidad de coros en 2017. Letras nuevas en los tangos y los cuplés. En el primero, nueva defensa chovinista de Andalucía a partir de la visita de un norteño que sólo vive para trabajar y visita la región. Un viaje tras el que no podrán vivir sin el sur. Por ello, no entienden las críticas a la manera de ser de los andaluces y no pierden el tiempo con los que no lo entienden porque "todo el mundo no puede ser de mi Andalucía". En el segundo, arremeten contra los medios de comunicación que sólo muestran del Carnaval los restos de basura y las borracheras en vez de hacerlo en otras fiestas, por lo que aseguran que sobran "los chuflas" que vienen a hacerle daño a Cádiz -un mensaje simplista al que habría que sumar la falta de civismo en estas fechas-. No remontan con los cuplés sobre los secuestros virtuales y el millón que ofrece Ortega Cano para que se queden con su hijo, y su tradicional montaje con estribillos de este año, en esta ocasión sobre los problemas internos de Podemos. 

En semifinales

Las coplas. Patriotismo andaluz exacerbado. Por Andalucía libre, España y la humanidad. Una guerra para recobrar la dignidad del pueblo andaluz. Una retahíla del tipismo y los tópicos para pelear contra sus miserias. Amor por la región y sus ocho provincias. En el prime time del Concurso, dos tangos de temática autonómica. En el primero, algo mejor, defienden el acento de la Andalucía profunda frente a aquellos que les acusan de ser unos catetos y unos analfabetos. Un estereotipo ante el que se rebelan por haber tenido que trabajar en vez de estudiar por necesidad, por lo que se sienten orgullosos de su pueblo y piden respeto por sus padres y sus abuelos. En el segundo, montan una pieza efectista y típica en la que intercalan música rociera, cofrade y carnavalera para vanagloriarse de "la magia" que tienen, que son capaces de poner los vellos de punta a los que no comulgan con estas expresiones y hacer que retumben "en los corazones de todo un pueblo". Dupla de cuplés que no está al nivel de esta fase del COAC. En el primero, hilan la visita de los inspectores de la Unesco al Carnaval y una borrachera para acabar diciéndole a una niña que está meando en la calle que lo que tiene es una hucha y no la de las pensiones -sin anestesia-. En el segundo, directamente le sueltan a Susana Díaz que está gorda por comerse a Pedro Sánchez. Cualquier causa no justifica una guerra, pero por Andalucía, no sé...

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En cuartos

Las coplas. Pasión por los tópicos de Andalucía. Corazones blancos y verdes que acuden a la llamada de la bandera. Una legión formada por las ocho provincias. En su segundo pase, el coro de Julio Pardo y Antonio Rivas luce algo más al moderar la excesiva potencia con la que el grupo cantó en su primera actuación. Sin embargo, el punto chovinista del popurrí desluce el resultado final del repertorio. Tampoco convencen demasiado las dos letras de tango. En el primero de la tanda de cuartos, piden a las mujeres que disfruten del Carnaval en la calle, una fiesta en la que no tendrán que temer a los diablos por las esquinas. Unos días en los que ellas serán las dueñas de "sus deseos", por lo que los vivirán "como la gloria y no como un infierno por un cobarde", en referencia a los sucesos que ocurrieron en San Fermín. Una comparación que chirría ya que en todos lados cuecen habas. La segunda copla tiene un punto populista al dirigírsela a la Infanta Cristina, a la que llaman "tonta de paguita" -sin anestesia- y "la más ratera de los Borbones". Reaparece por enésima vez la cobra a Chenoa, pero en esta ocasión se la hace el alcalde a Teófila. Algo mejor el segundo cuplé a la subida de la factura de la luz, con juego de luces, por lo que Rajoy no sabrá quién del coro le ha insultado al estar el Falla a oscuras. 

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En preliminares

las coplas. Un ejército dedicado a proteger a Andalucía. Un corazón blanco y verde y una bandera que llama a sus hijos a defenderla. Una guerra de voces. Más orfeón que coro. Más potencia que gusto. Desde la presentación, en la que entonan el himno andaluz, el coro de Pardo y Rivas se convierte en una suma de tópicos sobre esta tierra, lamentos por la situación de la región y un llamamiento a la guerra y a la unión de los andaluces, pero no reflexiona sobre los motivos de sus males. Una idea que mantienen en el primero de los tangos, que musicalmente sigue los cánones en los que se maneja Pardo, en el que se reafirman en la defensa de Andalucía, aunque con Cádiz como "enorme bandera", y meten miedo a España al asegurar que "temblaría" si todos sus habitantes se unieran. Ya en la segunda letra, quizás lo más acertado de todo el repertorio, tocan la crítica política al tratar el peligro que corre el pago de las pensiones. Un dinero que "se han comido cuatro cabrones" -sin anestesia-, por lo que reclaman que "paguen lo que han mangado" unos y otros, y dejen de dar limosna a los que hicieron más grande al país "con dos cojones". No atinan en su tanda de cuplés, de dos rombos . En el primero, le meten mano a una americana y le encuentran un "Donald Trump, pero sin flequillo", mientras que en el segundo, el Rey Juan Carlos en la cama es como el Concurso del Falla, que empieza pronto y termina antes. No escapan de los tópicos y el efectismo en el popurrí.

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Puntuaciónes COAC 2 / Miguel Guillén

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