Por fin la victoria regresa al casillero del filial del Cádiz CF, que se impuso por la mínima (1-0) a un Villanovense algo decepcionante a su paso por el campo Ramón Blanco, en las instalaciones de El Rosal. Un golazo de Kike Carrasco, nada más arrancar la segunda parte, fue clave para que la alegría vuelva al vestuario amarillo. También el triunfo da algo de tranquilidad a efectos clasificatorios.

Gaditanos y extremeños dieron forma a una primera mitad muy igualada que arrancó con intensidad, piques y duelos al máximo nivel cuerpo a cuerpo. Se trataba de imponer poderío en la batalla psicológica. Pero ese escenario tomaba forma sin acercamientos reseñables, ya que no fue hasta el 20' cuando Fran Viñuela -el mejor del Villanovense- probó suerte con un chut que se escapó fuera por poco. Estaba mejor el conjunto de Juanma Pavón que, seguidamente, tuvo otra vez en botas de Viñuela la ocasión de tomar ventaja, si bien entre Juan Flere y Genar evitaron el desaguisado que hubiera supuesto ponerse por detrás en el marcador.

Los síntomas de reacción de los amarillos llegaron con una buena acción individual de Chapela, que se gira burlando a su par pero le falla el centro al área con el exterior del pie; se quedó corto. Realmente fue el único acercamiento del filial del Cádiz CF en el primer tiempo. Un periodo que tocó a su fin con otro susto para la portería local. En una tarde de exteriores del pie, fue Sillero el que se aferró a ese recurso para probar a Flere.

El regreso tras el paso por vestuarios estuvo marcado por el 1-0. Un despeje de Flere se convierte en el mejor pase para Kike Carrasco, quien desde el costado izquierdo resistió el marcaje de su par para avanzar y levantar el esférico para anotar un golazo.

El tanto cambió el choque porque dio placer y comodidad futbolística a los amarillos, seguros de lo que hacían a pesar de que la desesperación del Villanovense se tradujo en empujes con un testarazo y un tiro alto de Sillero propiciados por errores locales. Entre una acción y otro, el omnipresente Fran Viñuela lanzó raso pegado a un poste al que llegó la mano de Flere.

Los dos equipos movieron el banquillo, aunque el de Pavón fue el que tomó de nuevo al mando con mucho corazón pero pocas ideas en la circulación y el desborde. Al menos tuvo la fortuna de que Carrasco se marchó lesionado y, por tanto, desaparecía una de las pesadillas a la hora de defender.

El juego entró en una fase de presencia en la parte del campo que ocupaban los de Cifuentes pero sin compromisos notorios en la portería. El riesgo existía al dar un paso atrás en el que hasta Chapela tuvo que aplicarse como defensor cuando Raúl Parra fue sustituido.

El peor episodio para Flere aconteció en una volea de Sillero que se quitó de encima con solvencia el meta argentino (79'). La respuesta amarilla llevó la rúbrica de Algarra, con un zapatazo muy intencionado que vi cerca la parte superior del larguero.

El triunfo es una gran dosis de oxígeno para el Cádiz B, que no ganaba desde la primera semana de diciembre, a la espera de visitar la próxima jornada a la AD Mérida.