Llega un nuevo clásico y con él aparece un nuevo examen para José Mourinho: ¿seguirá sus instintos y planteará un partido a la contra, o irá a por su rival por la necesidad de victoria que tiene el Real Madrid?

El equipo blanco llega al Camp Nou insólitamente exigido para llevar poco más de dos meses de competición. Los ocho puntos de ventaja que le saca el líder, el Barcelona, son una enormidad.

El Real Madrid no puede permitirse el lujo de perder. Si bien Mourinho deslizó que el empate podría llegar a ser hasta un buen resultado, el triunfo es casi una necesidad para los blancos.

En el Camp Nou, Mourinho utilizó de todo en el tránsito que fue desde la derrota por 5-0 (29 de noviembre de 2010) hasta su triunfo por 2-1 la pasada temporada que valió un título de la Liga (21 de abril de 2012).

Así lo expresó el viernes Xavi, uno de los referentes del Barcelona, cuando dijo: "El Madrid ha cambiado el sistema varias veces. Unas veces juegan con trivote, otras con dos y un mediapunta... A los dos o tres minutos sabremos cómo juegan. Nosotros no cambiamos".

Las especulaciones son múltiples y van desde quienes creen que Mourinho apostará por el llamado trivotazo en la medular hasta quienes apuestan por un equipo ofensivo que incluya a Kaká en la media punta.

Ese trivotazo es una de las señas de identidad manejadas por Mourinho para partidos duros (ante el Machester City este curso) y consiste en situar tres centrocampistas defensivos, como son Xabi Alonso, Khedira y Essien.

Es la variante teóricamente más defensiva, aunque también podría ser ofensiva, como suele matizar Mourinho con enojo cuando se le alude a ese esquema. Todo depende de hasta dónde se eleve la línea de presión.

La opción más equilibrada incluiría a Khedira o Essien junto al insustituible Xabi Alonso en la medular, lo que dejaría hueco para dos centrocampistas creativos. Un puesto parece reservado para Di María, mientras que el otro se lo disputan Özil, Modric y Kaká.