Los Vázquez, entre dos mares
De herencia un balón
Paco Vázquez padre y Paco Vázquez hijo. Dos generaciones diferentes que coinciden en la elevada dosis de responsabilidad a la hora de tomar decisiones importantes en la corta carrera de un futbolista
EL paralelismo de Paco Vázquez padre y Paco Vázquez Terrada, su hijo, va más allá del vínculo familiar. Hay una manera similar de entender la vida de un futbolista. Responsabilidad y criterio por encima de todo para que cada paso esté cubierto de seguridad para saber aprovechar el momento. Los Vázquez son expertos en elegir el tren que les lleve al destino adecuado en cada momento.
Una mirada o un gesto es suficiente para que los dos hombres de esta saga se entiendan. Es así desde que el pequeño Paquito, ahora Paco, mostraba sus cualidades en las filas del Tiempo Libre, bajo la sombra protectora de su progenitor, que siempre ha sido exigente con el centrocampista. Ahora ese sello crítico se ha enfriado porque Paco Vázquez hijo ha dado el salto que sitúa a un jugador a las puertas de la elite. Entre el Atlántico y el Mediterráneo, los Vázquez están más pendientes que nunca el uno del otro. Entre dos mares.
Entre la similitud de los protagonistas de este reportaje se encuentra el pasado cadista de ambos. Una puerta que tocaron, pero que apenas se abrió. La trayectoria de amarillo de ambos se ciñe a la habitual etapa en la cantera y a incursiones sin continuidad en la plantilla profesional.
LA MEJOR OPCIÓN
Paco Vázquez padre calculaba con regla y compás los pasos que daba cada temporada, incluida la de la decepcionante salida del Cádiz. "Los recuerdos son bonitos pero tenía claro que había fútbol más allá del Carranza. Estuve en el Rota y el Sevilla se interesó por mí. Incluso jugué un amistoso contra el Córdoba y metí un gol. No fiché porque el Rota me cotizó bastante y el presidente se fue por las nubes". En este sentido, reta a todos los jugadores de su época que dicen que no se ganaba dinero: "El fútbol me permitió practicar deporte, hacerme con mi piso y con mi comercio. Mi último contrato con el Portuense -en 1979- era de 450.000 pesetas. Era un dinero curioso porque se cobraban sueldos y primas". Haciendo hincapié en esta particular opinión, añadió que "en el Rota me compraron un Seat 850, que valía un dinero en esa época". "Yo sabía como administrar el dinero que gané".
El hijo entiende el asunto monetario de igual manera al explicar que "el fútbol me aporta todo porque es mi medio de vida y mi trabajo, y debo aprovecharlo". Su padre aprovecha para apostillar que "a mi hijo le inculco lo mismo para sea un jugador con cabeza". "El fútbol dura ocho o diez años y hay que hacer las cosas bien".
FUTURO EN PALMA
La distancia de Cádiz con Mallorca (1.013 kilómetros) es el gran handicap de unos padres que sueñan con el éxito de su hijo en las filas del Mallorca B. "Tenemos la suerte de que televisan muchos partidos por el canal balear y los sigo por internet. De todas formas -agrega-, su madre y yo estuvimos en septiembre y nos llevamos una grata impresión. No hemos vuelto a ir porque allí él está de maravilla y hay grandes detalles que dicen mucho a favor del Mallorca", explica el padre.
El pequeño Vázquez sabe que en el equipo bermellón pasa ante él una oportunidad muy buena. "He entrenado varias veces con el primer equipo, donde los profesionales te tratan bien. La sensación es que el tren está ahí y que tengo posibilidades de alcanzarlo", pero matiza que "el fútbol es suerte". "Hay muchos jugadores buenos por ahí y para estar en Primera depende de muchas cosas y de la fortuna de estar en el momento oportuno".
EN EL CÁDIZ NO PUDO SER
"La espinita la tenemos clavada los dos", dice Paco padre, que salió del club de Carranza "porque las oportunidades tardaban y no podía esperar más". "A mi hijo le pasó en su momento lo mismo". Y es que la apuesta de García Remón y Paco Jiménez por Paco Vázquez se truncó con la marcha de Baldasano. "Estamos un poco dolidos, pero la oferta del Mallorca, deportiva y económicamente, estaba detrás", recuerda. Por cierto, el club cadista aún le adeuda algo más de 1.500 euros. Cuestión de crisis.
UN ESCAPARATE
En el filial mallorquín, Paco Vázquez, de 23 años, disfruta de una oportunidad excelente para dar definitivamente el salto. Por ahora está en el camino deseado por muchos, aunque las peticiones maternas, desde un rincón del negocio familiar, son añoranzas por un inminente regreso del jugador de la familia. A su madre se le escapa de las manos hablar de éxito porque antepone abrazar a diario a Paquito. Unidos por el escaparate balear y el del local de Ana de Viya.
También te puede interesar
Lo último