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Fútbol | Primera RFEF

Un San Fernando de ensueño gana 1-3 en Castellón

  • En una primera parte para grabar y guardar, el equipo isleño logra una gran victoria en un campo tan difícil como Castalia

Bicho trata de ganar el balón en la zona ancha de Castalia.

Bicho trata de ganar el balón en la zona ancha de Castalia. / SAN FERNANDO CD

Definitivamente, al San Fernando le van los campos complicados, esos que se llaman inexpugnables, esos que son el temor de otros. Lo hizo en Barcelona, lo hizo en Villarreal y lo ha hecho en Castellón. Los isleños, con todo el descaro del mundo, miran de reojo los puestos de privilegio de la tabla clasificatoria y, de nuevo, volvieron a dar un puñetazo en la mesa, un golpe para decir que están aquí, que ha costado un mundo, que no es fácil, pero que a los que hay que temer ahora son a ellos porque, por méritos, por confianza y por fe, se han ganado el derecho, todo el del mundo, a ser respetados.

La primera parte que se marcó el equipo azulino en Castalia es para enmarcar, grabar, y ver en repetidas ocasiones. Los de Nacho Castro ofrecieron su mejor versión, ahogaron al rival, dominaron el enfrentamiento y anotaron tres goles que, prácticamente, finiquitaron el partido. Lo cierto es que si el encuentro se hubiese cerrado definitivamente en los primeros 45 minutos de juego, todos se hubiesen ido contentos.

Pero es que en la segunda, mostraron su cara de sufrimiento, de saber nadar y guardar la ropa, de esperar, tener paciencia y buscar contras que, si la suerte, e Iván, no hubiesen sido esquiva el choque se hubiese transformado en una goleada de escándalo.

Nacho Castro volvió a sacar la libreta y a tirar de cómo plantear un partido ante un equipo grande. Varió considerablemente lo que viene ofreciendo, aunque hay que decir en el haber el técnico que todas las jornadas sorprende. Colocó un casi claro cuatro-cuatro-dos, dio entrada arriba a Francis Ferrón para que, junto a Biabiany fueran los dos atacantes, dejó en solitario a Caballero en las funciones de destrucción y a Bicho en la creación, poniendo en las bandas a un Juanmi Callejón y a un Rodrigo Sanz que ayudan todo lo que pueden y más. La línea de cuatro atrás, no la varió.

Con estos argumentos, los isleños ahogaron a su rival y en un visto y no visto lo noqueó por completo. El Castellón no encontraba la fórmula, para romper lo planteado por los isleños y, sin embargo, los de La Isla tenían continuamente el balón, jugaban en campo contrario y, por ende, llegaban las ocasiones de gol.

La primera clara en el 9’. Biabiany se internó hasta la cocina y su disparo salió desviado. Y la segunda en el 12’ en una salida de balón donde el francés cedió a Rodrigo Sanz para que su disparo en la frontal lo atajase Iván que, a pesar de los tres goles encajados, fue el mejor de los suyos.

La insistencia tuvo su recompensa antes de llegar a la media hora de juego. Francis Ferrón, que volvió a ser el Francis Ferrón de siempre, se revolvió en el área y disparó con tal intención que antes de que el balón se colase en la portería de Iván ya estaba celebrando el gol. El cero a uno hacía justicia. Y la cosa no quedó ahí.

Tras una tímida reacción de los locales, los isleños volvieron a meterse en el bolsillo el partido. Pero es que en el 30’ una contra azulina terminó con una cesión de Biabiany a Francis Ferrón como diciendo ‘métela tú que a mi me da la risa’ y el delantero para empujarla se encontró con un Diori que salió de la nada para evitar el segundo.

Este llegó en el 42’ y, en pleno festival foráneo, el delantero francés azulino puso un caramelo en la cabeza de Rodrigo para culminar una primera parte de ensueño.

En la segunda, y con los cambios del equipo castellonense, el dominio correspondió a los de Sergi Escobar. Quizás fueron los peores minutos de los azulinos en el partido. El resultado, la lluvia que hacía acto de presencia, la presión local y la relajación hicieron que se perdiera un poco el rumbo. Pero el uno a tres despertó a la fiera herida y el San Fernando, tras encajar el tanto supo leer a las mil maravillas lo que restaba de partido.

Este se convirtió en un ataque continuado de los locales y en contragolpes continuos de los visitantes, aunque todo hacía presagiar que estaba mucho más cerca el uno a cuatro, que el dos a tres. También salió la figura inconmensurable de Perales que acertó en el 59’ a un disparo de Dani Torres y en el 83’ a un remate de cabeza de Cubillas que hubiese puesto en apuros la recta final del choque.

Pero es que las más claras las tenían los isleños que seguían dando lecciones de cómo se juega a esto del fútbol. En el 60’ Rodrigo no pudo culminar una contra, en el 79’ Iván se hizo grande ante Saúl y en el 87’ le realizó la parada de la tarde-noche a un remate de Biabiany que se mereció, a todas luces, su particular gol.

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