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Fútbol | Primera RFEF

El San Fernando cae con el Barcelona B (0-2) y se despide del play-off

  • Los azulinos ratifican su mal momento ante un filial azulgrana más efectivo y que se toma la revancha de la primera vuelta

Acción del claro penalti sobre Juanmi Callejón que el colegiado no señaló.

Acción del claro penalti sobre Juanmi Callejón que el colegiado no señaló. / A.Q.

Como humo de cigarrillo. El San Fernando dilapidó prácticamente las opciones que tenía de meterse en el furgón de la cabeza de la clasificación, perdió todas sus posibilidades de engancharse al sueño y éste se difuminó en un visto y no visto. Y es que, eso no se le escapa a nadie, el equipo azulino se encuentra sumergido en una crisis importante de resultados, esos que hacen que hayan pasado seis jornadas consecutivas sin saborear la victoria, consiguiéndose solamente dos puntos en los seis encuentros disputados. Lógicamente, con ese bagaje es imposible seguir aspirando a terminar la temporada donde se estuvo un día, entre los cinco mejores del grupo.

Igualmente, esta mala racha no puede empañar, ni de lejos, la temporada que han realizado los de Nacho Castro, que en su máximo esplendor fueron capaces de derrotar al oponente que tenían enfrente este sábado en su terreno de juego, donde nadie lo había hecho, y por un contundente cero a dos. Ahora, los de Sergi Barjuán se han tomado la revancha e idéntico resultado es el que le propinaron a los isleños, que pusieron el alma en el partido, que se vaciaron, que buscaron mil y una manera para lograr vencer, pero el triunfo se lo negaron los blaugranas y, por supuesto, el trencilla de turno, cuyas decisiones perjudicaron notablemente al titular de San Fernando.

Tantas lesiones, tantas ausencias, tantos efectivos sin poder participar han hecho del equipo azulino una ruleta rusa que al final ha terminado disparando la única bala que había en el tambor. El técnico asturiano ha buscado, desde hace ya casi dos meses, la fórmula para suplir la ausencia de jugadores tan determinantes como Biabiany, Rodrigo, Calderón, Caballero y, ante el Barça B, la de Bicho, verdadero motor del equipo azulino.

Esto ha ido mermando, cada vez más, las posibilidades de los isleños, que si en la previa del partido auguraban una victoria para lograr el sueño, en las postrimerías, lógicamente, el planteamiento era otro. Lo que si habrá que esperar es que el colchón de puntos que se tienen no altere, ni de lejos, el devenir final del equipo azulino en esta andadura en la Primera RFEF, pero a nadie se le escapa que se mira, y mucho, de reojo los puntos que separan del descenso, que de momento, esperando lo que haga el Sanluqueño, son ocho de doce por disputar.

Al Barcelona B le bastó estar ordenado, ser ayudado por el árbitro, y demostrar que arriba tiene el mejor goleador del grupo, ese que marca las diferencias y que, no en mucho tiempo, jugará en la élite del fútbol español, Jutglá. Él solito se valió para desequilibrar el entramado defensivo impuesto por los isleños anotando un gol importante y dando la asistencia en el segundo, que no fue más que meramente anecdótico, porque el partido, por aquellos entonces, ya estaba finiquitado.

El encuentro, eso sí, tuvo intensidad a pesar del fuerte calor con el que se disputó. Desde el inicio se comprobó que ambos equipos están fabricados para construir peligro, para tener el balón, para dominar al rival, y eso convirtió el encuentro, en su primera fase, en una ida y venida constante, con ganas de golpear con fuerza al rival. Los primeros en asaltar al contrario fueron los foráneos, que en el minuto 6 avisaron de sus intenciones en la primera gran jugada de Jutglá, que terminó con un disparo ajustado a la base del poste.

Repitieron los de Sergi Barjuán en el 9’ con un disparo de Aranda que puso en aprietos a Perales y tocó la reacción local que, un minuto después, tuvo la más clara de la primera mitad. Un servicio de Agüero habilitó a Juanmi Callejón para que el madrileño se plantase en solitario ante Arnau Tenas. El cancerbero catalán respondió con una enorme intervención que desvaneció las ilusiones de los isleños. En el 18’ volvió a intervenir el portero blaugrana en un disparo de Biabiany a servicio de Francis Ferrón de cabeza y apareció el pañuelo de tregua por ambas partes.

Se dieron un respiro los oponentes hasta que llegó el minuto 39, la clave principal del partido. Una internada de Juanmi Callejón en el área era frenada con un claro derribo por Ramos Mingo que vio prácticamente todo el estadio menos el que más cerca estaba, el colegiado García Gómez. Era una jugada clave porque, sin duda alguna, hubiese cambiado el rumbo del partido, porque la segunda parte hubiese sido muy distinta y porque hubiese elevado la moral de los isleños a los altares.

Pero no ocurrió y en la segunda mitad el sueño se rompió. Y eso que los isleños tuvieron otra más clara ocasión de gol, en el 55' en un centro de Biabiany donde Juanmi Calljeón cedió a Luis Ruiz, que nada más tenía que haber realizado un buen remate, pero de nuevo apareció Arnau Tenas; aunque el balón le había superado el cuerpo, puso la mano para evitar que el cuero llegase dentro de su portería y Francis Ferrón tampoco pudo aprovechar el rechace.

Y claro, tanto fue el cántaro a la fuente que, con unos isleños volcados, los espacios aparecían claramente. Y en uno de ellos llegó la genialidad del goleador, ese que desestabilizó la balanza a su favor y que cerró el duelo.

Es bien cierto que a raíz del tanto visitante, los isleños se volcaron en busca del empate, y es bien cierto que los blaugranas contaron con sus posibilidades a la contra para ampliar la ventaja, sobre todo en el 80' de nuevo con Jutgla. Tampoco es menos cierto que Biabiany, una y otra vez, intentaba mover el avispero, pero ya son muchas semanas sin tener las opciones de remontada y la derrota se cernía sobre el Iberoamericano.

La derrota la certificó Peque, en el 95', cuando el partido ya estaba cerrado, cuando las ilusiones isleñas se habían desvanecido, cuando el mundo azulino se había despertado de un sueño que ha sido bonito, que ha durado lo que ha durado y que ha mantenido con las esperanzas intactas a todos los seguidores isleños. Muchas cosas tendrían que suceder para el milagro, pero son muchos los equipos que están por arriba para que todos fallen, y por abajo para que todos acierten.

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