El Cádiz B hace los deberes con solvencia en un partido muy accidentado desde antes del inicio. De hecho, a una hora y media del comienzo se decidió que se jugara en el campo número 4 y no en el número 1 de El Rosal, que estaba encharcado por todas partes. El terreno alternativo también tenía una banda anegada, pero en líneas generales el aspecto era mejor.

La necesidad por sumar los tres puntos se notó más en el equipo de casa, que desde el primer minuto se fue con descaro y mucha verticalidad hacia la portería de Javi Jurado -el más destacado del conjunto visitante-, por lo que resulta increíble que el primer gol se hiciera esperar tanto.

El técnico gaditano Jesús Casas se vio obligado a cambiar el once que tenía en mente por culpa del estado del césped. Pensó, y a la postre acertó, en un equipo aguerrido que se moviera como pez en el agua sobre el barro. Jugadores como Julio y Fornell tomaron mucho protagonismo porque fueron de los que se sintieron más cómodos actuando en esas circunstancias.

Un dato que habla por sí solo es que en la primera parte el filial amarillo lanzó en 14 ocasiones sobre la portería del Córdoba B. Utilizó todos los argumentos posibles para tomar ventaja en el choque, aunque entre el error en la definición y el acierto de Javi Jurado, el descanso se echó encima sin que se moviera el marcador. La tuvieron clarísimas Fornell, Bienve (en tres ocasiones), Giovanni, Bello y Julio (en dos ocasiones), si bien lo que iba camino de goleada en sólo medio tiempo acabó con caras largas y algo de ansiedad.

Como en la reanudación no había motivos para jugar de otra manera sobre un campo pesado, el filial cadista mantuvo su capacidad de controlar y generar ocasiones sin ser brillante. La primera impresión seguía siendo que el gol iba a llegar, pero los minutos pasaban y el Córdoba B empezaba a sentirse más a gusto con la situación. No obstante, a la debilidad defensiva de los visitantes, hay que añadir la inexperiencia que mostraron en las dos expulsiones. Tanto Recio como Fernández ya estaban amonestados y cometieron el error de provocar que el colegiado les mostrara merecidamente la segunda tarjeta amarilla.

En clara superioridad numérica el gol tenía que llegar, aunque pocos contaban con la maravilla que dio paso al 1-0. Ezequiel -su progresión va a más y vuelve a estar a un nivel muy interesante- recibió el balón a unos 40 metros de la portería y soltó un lanzamiento tremendo que se coló casi por la escuadra. Javi Jurado llegó a tocar el esférico, pero sin desviar su letal trayectoria. Un tanto muy valioso y altamente celebrado por el equipo.

El encuentro cambió por completo porque al Córdoba B sólo le quedaba resguardarse de un chaparrón en forma de goleada. Julio cabeceó libre de marca para hacer el segundo, pero Bienve, Gallardo y Bello, éste por dos veces, de nuevo demostraron tener la pólvora como el día de ayer, mojada.