"Entreno con la esperanza de ser profesional en un futuro"

Mara Becerra Ponce (El Puerto de Santa María, 1996) tiene muy fresco en el recuerdo el partido que, el pasado 12 de septiembre, la midió en Badajoz, junto a la madrileña Marta Ortega, contra el tándem formado por la portuense Aurora Jiménez y la barcelonesa Ariana Sánchez. Tras la victoria (7-5 y 6-2) ambas se proclamaban campeonas de España en categoría infantil. El éxito secunda otros triunfos (obtuvo el mismo título en alevín en 2008 y firmó el tercer puesto en infantil en el mundial de Sevilla del pasado año, en un currículum que incluye, entre otros logros, el campeonato de Andalucía en cuatro ocasiones).

-¿Cómo fue la final?

-Comenzamos nerviosas el primer set, sufriendo ante las bolas que no entraban, pero aún así lo ganamos. Eso nos dio confianza para afrontar el segundo. Poco a poco fuimos cogiendo nuestro juego, caracterizado por la rapidez. Marta y yo nos compenetramos bien. Este año nos hemos asociado en todos los torneos, en los que conseguimos imponernos, dentro de un circuito que nos ha encaminado a Madrid, Málaga o Benidorm, entre otras localizaciones.

-Cuando uno comprueba el altísimo nivel de pádel que existe en El Puerto de Santa María lo cierto es que resulta imposible sustraerse al asombro.

-La escuela Las Marías es clave para los triunfos que se están firmando en esta modalidad deportiva: la entidad cuenta con buenos monitores. Mauricio Grandes me entrena desde siempre. Te explica muy bien los conceptos e inculca algo fundamental: la inteligencia en la pista. Aquí coincido con Juan Lebrón, Gonzalo de Gracia, Nuria Rodríguez, María Fernández de Mesa o Alicia Romero. Charlamos de pádel, por supuesto, pero también de otras cosas. Hay mucha deportividad y somos muy amigos.

-¿Cuál es el calendario de entrenamientos de una campeona de España?

-Únicamente me ejercito una hora semanal, los martes en concreto, aunque los sábados y los domingos disputo partidos. Para ser sincera, el físico lo hago en el baloncesto, tres días por semana. Ocupo la posición de alero-escolta en el Club Baloncesto Portuense.

-¿Con la misma excelencia que en el pádel?

-He conseguido varias veces el premio a la mejor jugadora de la institución. A nivel nacional rubricamos el décimo puesto en infantil en el campeonato disputado este año en Zaragoza. Mientras pueda compaginaré la pala con la canasta. Es curioso: en cada disciplina me comentan que deje la otra.

-¿Cómo se compaginan las exigencias escolares con tanta práctica deportiva?

-Bien por ahora. Acabo de empezar 3º de ESO en el Mar de Cádiz. Es cierto que este curso el esfuerzo será mayor, pues aumenta el nivel de los contenidos curriculares y también la exigencia que supone ingresar en la categoría cadete, pero responderé al reto con más trabajo ante los libros y en la pista.

-Vuelva a empuñar la pala y dispóngase a un ejercicio de introspección: virtudes y defectos.

-Mi golpe más eficaz es la bajada de pared. En cambio, he de mejorar mi derecha plana. En general, me siento satisfecha con mi desenvolvimiento tras la red, pero todavía tengo mucho margen de mejora, lo cierto es que se pueden pulir algunas cosas.

-Enumere sus modelos.

-Entre los hombres me gusta mucho Lamperti. Es intuitivo y ágil, muy buen pegador. De las mujeres me quedo con Carolina Navarro: admiro su condición física y su inteligencia para colocar la pelota. Se muestra completa, con una bandeja letal.

-Desde la perspectiva de sus catorce años, ¿cómo se ve de mayor?

-Entrenando a todas horas para competir en el circuito PPT. Ya tengo la experiencia de alcanzar la fase previa. Me gustaría ser profesional del pádel.

-Para terminar, haga de embajadora de este deporte.

-Es obvio que animo encarecidamente a su práctica. Yo empecé a hacerlo a los 8 años, animada por mis padres. Les vi jugar, me gustó y, cuando tenía 10 años, rubriqué el tercer puesto nacional en categoría benjamín. Mi hermana Aroa, de 8 años, prebenjamín, empezó a jugar cuando tenía sólo 6, a una edad más temprana que yo, y ya es subcampeona provincial. El pádel te permite disfrutar de un ambiente agradable. Además, si accedes a un nivel más avanzado viajas continuamente.