Fútbol | Segunda División B

El Cádiz B se reencuentra con la victoria ante el Marbella (1-0)

  • Un tempranero gol de Saturday permite poner fin a la mala racha de cinco derrotas consecutivas

El recién fichado Álex Martín pugna por el balón con un rival.

El recién fichado Álex Martín pugna por el balón con un rival. / Cádiz CF

El Cádiz B puso fin a su racha negativa de cinco derrotas consecutivas ante un Marbella, rival directo en la lucha por abandonar la zona baja, que vendió muy caro el revés. La intensidad e incertidumbre marcaron un duelo que desde luego no será recordado por el buen futbol.

Apenas se habían asentado los protagonistas sobre el verde cuando los amarillos golpearon en el mentón del adversario, gracias sin duda al trabajo de estrategia, al marcar Saturday en un saque de esquina. Las cosas se ponían de cara muy pronto.

Obligado por la situación clasificatoria y al verse por detrás en el tanteador, el equipo costasoleño dio un paso adelante y empezó a pisar con más frecuencia el campo rival, aunque sin crear peligro en las inmediaciones de Juan Flere. De hecho, hasta el minuto 15 no buscaron portería en un globo de Añón, desde muy lejos y pegado a la banda derecha, con el que intentó sorprender sin fortuna. Los locales, por su parte, habían advertido antes de sus intenciones de ampliar la ventaja en otra acción a balón parado que concluyó con disparo desviado de Javi Martín.

La primera mitad avanzaba con el filial centrado en presionar arriba la salida de balón marbellí y, en todo caso, bien posicionado atrás para no dejar el mínimo resquicio. En los visitantes, un viejo conocido del cadismo, Edu Ramos, se fajaba en la zona ancha para robar y espoleaba a sus compañeros con el afán de contagiarlos del espíritu de lucha y entrega que caracteriza al malagueño.

Hasta la media hora, las únicas oportunidades seguían siendo de los gaditanos, como un remate altísimo desde fuera del área de Marc Baró como manera de finalizar en el 25’ un córner. Otro, en el 29’, esta vez desde la derecha, permitió a Chapela mandar con la testa por encima del larguero.

De nuevo una acción a balón parado, ahora una falta, posibilitó a Álex Martín cabecear demasiado desviado a la derecha de Santomé en el minuto 35. Y a renglón seguido, el primer acercamiento serio de los marbellíes en un saque de esquina a la derecha de Flere que botó Añón con picardía, buscando un gol olímpico que no llegó por poco.

En lo que restaba hasta el descanso, los blancos ofrecieron sus mejores  momentos, más por el empuje del corazón que por las decisiones de la cabeza, pero sin exigir a Flere. Una internada de Tresaco que no encontró rematador fue lo más potable antes de que el colegiado señalara el camino de los vestuarios.

Tras el descanso, el Marbella saltó al rectángulo de juego con una marcha más en cuanto a intensidad, apretando en tres cuartos, mordiendo por momentos. Sin embargo, las ganas de mandar, de dominar, de llevar la iniciativa, en suma, no se tradujeron de inmediato en opciones reales de equilibrar la contienda.

Eso sí, pasada la hora de partido, un testarazo de Redruello que se marchó fuera por poco sirvió para confirmar que los costasoleños iban en serio a por el empate. Los pupilos de Juanma Pavón comenzaban a pasarlo mal de verdad por las acometidas, ya muy frecuentes, del contrincante.

El filial trataba de tranquilizar el encuentro, frenar el ritmo frenético por el que apostaban los hombres de José Manuel Aira. Quezada percutió sin puntería tras una individualidad de Tresaco, la enésima, en el 75’. Flere no tenía que intervenir de forma decisiva pero veía el balón demasiado rato más cerca de lo que deseaba.

El choque entró en su recta final con arreones de los marbellíes y trabajo a destajo de los cadistas, sufriendo como tantas otras veces, para resguardar el resultado. Los movimientos desde los banquillos representaban una auténtica declaración de intenciones. El entrenador local, obligado a oxigenar el bloque para mantener el tipo en la lucha titánica que se vislumbraba hasta la conclusión. El técnico visitante, cambiando efectivos defensivos por otros ofensivos para rescatar un punto.

Los últimos minutos resultaron una agonía para los de casa, embotellados. Alfred, un buen revulsivo de los foráneos desde que ingresó al césped, lo intentó con una rosca que se fue fuera por centímetros. Boselli, aire puro para el ataque del filial, ganaba segundos en el córner, presionando para evitar una salida limpia del oponente. Y así transcurrieron cuatro angustiosos minutos de prolongación coronados con la mejor ocasión del Marbella, que no supo aprovechar que a Flere se le escapara el balón en un centro. El remate, por suerte para el Cádiz B y el guardameta en concreto, se fue arriba.

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