El pabellón de Vejer acogió una gala en la que el plato fuerte estuvo en el galardón que recibió José Antonio Ramírez García Bastida, elegido Premio Local del Deporte, por toda una vida dedicado al fútbol y al deporte en general de la localidad.

Fueron muchos los vejeriegos que se acercaron a arropar a su paisano en un día especialmente señalado para él y su familia. Bajo la presencia del alcalde, Manuel Flor -se cuentan por centenares las crónicas que Bastida firmó al Vejer Balompié cuando jugaba la primera autoridad política con el nombre futbolístico de Lolito-, el premiado recibió un más que merecido galardón que dedicó a todas las personas que se han cruzado en su vida en todo lo relacionado al deporte.

Tuvo palabras cariñosas para Diario de Cádiz, medio al que estuvo unido durante 20 años como corresponsal de deportes en Vejer, así como para sus seres queridos, un apoyo esencial antes, ahora y siempre. Su esposa, Juani, y sus hijas, Ana María y Oliva, son los grandes premios que la vida brinda al galardonado.

José Antonio Ramírez Bastida mostró orgulloso el premio, mientras el atronador aplauso en el pabellón puso de manifiesto el cariño y respeto hacia uno de los grandes de la localidad en casi todas las facetas en las que ha llevado con orgullo su papel como vejeriego.

Cabe recordar que Bastida, como le denominan cariñosamente echando mano de uno de los apellidos de su padre, es uno de los símbolos del deporte de Vejer, en el que ha estado inmerso desde diferentes ámbitos. Con apenas 18 años se convirtió en directivo del histórico Vejer Balompié, en la época de Manuel Sánchez Rondán como presidente. Unido a este mismo club, Bastida ha sido entrenador del conjunto juvenil y del cadete, donde empezaba a dejar patente sus conocimientos y los mejores valores para deportistas en formación, en este caso futbolistas.

La Escuela Municipal de Fútbol de Vejer también disfrutó de la aportación de este vejeriego amigo del deporte y de la vida sana; en la misma asumió el papel de entrenador-monitor de los conjuntos cadete, infantil y pelusa. Con los cadetes fue capaz de obtener dos títulos de Liga y un ascenso a la máxima categoría provincial, uno de los logros más sonados de esta escuela. También disputó una fase de ascenso con los infantiles.

Su inquietud con todo lo relacionado al balompié local le llevó a encabezar uno de los proyectos más ilusionantes que se recuerdan: la recuperación del Español de Vejer. Ya en el siglo XXI fue entrenador de este equipo durante dos campañas, siendo recordadas las espectaculares afluencia de espectadores al antiguo campo Municipal La Bodega, hoy denominado Manuel Guerrero Moriano 'El Mocito', ya que el Español logró recuperar el espíritu de mayor compromiso de los amantes al fútbol en Vejer.

Su ciclo en los banquillos se completa con la preparación del Vejer Balompié juvenil, la escuadra de la que en muchas ocasiones se nutre el conjunto senior rojillo. Por las manos y la pizarra de Bastida pasaron jóvenes promesas que posteriormente han vestido la camiseta del primer equipo vejeriego y de otros punteros de la comarca de La Janda y de la provincia.

Además, no hay que olvidar su papel en política asumiendo diferentes concejalías en el Ayuntamiento de Vejer, desde las que el esfuerzo resultó máximo siempre trabajando desde la honradez y la coherencia buscando el bienestar de sus paisanos, quienes ahora le devuelven con aplausos y un merecido premio el compromiso de toda una vida.