Bastante más que tres puntos
El Conil busca ampliar la distancia con el descenso a costa de un Cádiz B en una crisis permanente
La 28ª jornada viene despachada con un Conil-Cádiz B en el que ambos equipos persiguen el mismo objetivo, la permanencia, pero con un saldo muy distinto. Mientras que el Conil está clasificado en la mitad alta de la tabla, el Cádiz B sufre sus penurias por la zona baja en una crisis de resultados que parece permanente y sin síntomas de superar una situación que le acompaña desde septiembre.
La victoria sobre el Mairena y el empate en el campo del Sevilla C han trasladado un ambiente de optimismo al conjunto de Kiko Prieto, que como sucedió en la etapa brillante de Francisco Arias Sanchís, cree en lo que hace y eso se está trasladando al casillero de puntos. "Hemos salido muy bien en todos los sentidos de los dos últimos partidos, ya que los futbolistas se encuentran muy motivados y con ganas de mantener el buen tono actual", recalcó ayer Kiko Prieto, quien amablemente y con la profesionalidad y el saber estar que le caracterizan atendió la llamada de Diario de Cádiz. En cuanto al choque de hoy, el preparador conileño reconoció que "nosotros estamos intentando sumar buenos resultados en casa para cerrar la permanencia". "Sabemos que es un partido de seis puntos y que de ganarlo a perderlo hay mucha diferencia".
La actualidad conileña viene marcada por las bajas de Samuel y Mario, quienes siguen lesionados. Raúl Silveira, por contra, es alta tras cumplir sanción y se disputará una plaza en el once con Palma.
El filial amarillo se presenta en el Pérez Ureba bajo una decadencia alarmante. Con dos puntos obtenidos de los últimos 18, el descenso araña la espalda de los yogurines, solos en esta batalla, que deben resolver la situación antes de que pasen más jornadas y las pisadas en el fango no les dejen mantenerse en pie. Respecto a la semana pasada, Juampe -lesionado- y Dani Guerrero -con el Cádiz juvenil- se caen de una convocatoria a la que regresan Héctor y Canty. El delantero está llamado a ser casi la única alternativa a los males ofensivos del equipo.
El choque viene marcado por el baile al que sometió el Conil al Cádiz B en el derbi de la primera vuelta, cuando el filial fue un juguete en manos de un rival, entonces dirigido por Sanchís, que le dio en toda regla un repaso técnico y táctico.
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