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Música

Rafael Casillas: “Los que vendemos diversión debemos renovarnos y estar al día”

Rafael Casillas Menacho, fotografiado el pasado jueves en el Hotel Alfonso XIII.

Rafael Casillas Menacho, fotografiado el pasado jueves en el Hotel Alfonso XIII. / Juan Carlos Muñoz

Rafael Casillas Menacho se define como un hombre inquieto al que le gusta inventar, "crear experiencias". El olfato de este gaditano –de Sanlúcar de Barrameda– le llevó a creer, hace ya décadas, en el enorme potencial que tenía un artista como El Barrio, y ese talento para detectar tendencias le ha sido útil también para adaptarse a estos tiempos en los que han cambiado los formatos en los que escuchamos la música y el modo en el que vivimos los conciertos. El empresario que ha levantado los proyectos del Concert Music Festival, el Cabaret Festival y las Noches de la Maestranza, que en su discográfica ha dado cobijo a artistas como Pasión Vega, El Arrebato y Bertín Osborne, además de a su inseparable El Barrio, defiende que quienes se dedican al negocio del espectáculo tienen que renovarse para ir al compás que marca el presente. Con el promotor musical, Medalla de la Provincia de Cádiz, hablamos de su oficio, del circuito de los festivales y de la celebración de los Grammy Latinos en Andalucía.

–Sus comienzos en la música fueron moviendo un disco de El Barrio...

–Yo andaba entonces por el bar de mi padre, y compaginaba el trabajo de camarero con lo de ser mánager. Cuando llegaban los clientes, los marineros, los colegas, los llevaba al coche y les decía: Escucha esto, a ver si te gusta. Nosotros siempre íbamos por delante de la compañía, una compañía de Sevilla que le puso muchas ganas, pero la promoción era cortita, y hacíamos virguerías para que nos prestaran atención. En las fiestas que organizaban las emisoras no nos metían, y actuábamos en muchas ferias y donde teníamos posibilidad.

–Y hoy El Barrio agota las entradas... ¿Qué tiene que es tan irresistible para el público?

–Aquí no vamos a hablar de quién llena más estadios, pero él lleva 30 años grabando discos, es de los pocos artistas nacionales y creo que internacionales que renueva su repertorio todo el tiempo, y esa es una de las claves de su éxito. Hay muchos intérpretes que tiran de lo antiguo, de los temas que triunfaron en el pasado, pero El Barrio tiene, en cada álbum nuevo, cinco o seis singles.

–Ahora se sacan canciones, no discos. El mercado ha cambiado notablemente.

–Bueno, porque, como todos sabemos, lo que funciona son las plataformas digitales. Y se saca un tema pegadizo, y al momento viene otro, para intentar que se descarguen muchas canciones. No lo digo en plan derrotista. Sigue habiendo artistas como Dani Martín, Manolo García, Niña Pastori, El Barrio o El Arrebato que aún venden muchos discos, eso no se ha perdido. Es gente que despierta admiración en padres e hijos porque llevan décadas en esto. A los que empiezan ahora, a los más jóvenes, les falta todavía perdurar en el tiempo, seguir haciendo música para que dentro de 20 años se hable de ellos.

"Para llamarlo festival debes tener un gran presupuesto, proponer al público una experiencia nueva”

–Volvamos a ese bar de sus padres donde empezó todo. ¿Cuándo supo que consagraría su vida a la música?

–Los que me dieron la primera oportunidad fueron Los Morancos. Cuando terminaban de actuar en el Teatro Municipal de Sanlúcar Jorge y César iban a cenar a mi casa. Me decían que yo era un monstruo, que les hiciera el siguiente espectáculo, que les atendía muy bien. Y gracias a ellos me inicié en esto. Me lo señalan a menudo: que yo estoy en la música por culpa de ellos. Me contrataron y me dieron un millón de pesetas. Yo alucinaba. ¿Cómo me podían dar eso? Pero ellos insistían: Tú coge el millón. Cuando se lo dije a mi padre no me creía.

–Cuando le concedieron la Medalla de la Provincia de Cádiz, su semblanza decía: "La historía de la música no la escriben sólo los músicos sino también los que están detrás de los escenarios".

–Eso es así. Todos los artistas tienen un gran equipo detrás, si no sería imposible que pudiesen actuar ante el público. Si los cantantes tuviesen que ocuparse de todo lo que hay detrás, del escenario, del marketing, de la prensa, la carga y descarga, los seguros… Un concierto mueve muchísimas cosas, a muchísima gente. Por eso esta semana de los Grammy Latinos, el martes en la Fundación Cajasol, vamos a hacer una fiesta para todo ese personal que no está en primera línea. Se llama Sin Photocall.

–Hoy los conciertos se viven de otro modo, como una experiencia. No se limitan a comprar una entrada y ver una actuación.

–A mí lo que me gusta es el marketing, inventar cosas, crear experiencias. Y como quien gestiona un restaurante, un hotel o un medio de comunicación, quien se dedica a esto tiene que ir creciendo y no puede quedarse estancado. Es importante darle valor a lo que está pagando el público. Porque hay gente que paga barbaridades por un concierto en un campo de fútbol, o en una plaza de toros en la que te llenas los zapatos de albero, y eso no puede ser, así se pierde la afición. Tú entras en el Teatro Real, o en la Maestranza, y dices: Aquí sí que se puede ver un concierto. El público agradece que le pongas la alfombra, y una buena hostelería, unas buenas azafatas y una buena seguridad, que se sienta especial con todo eso.

–Ocurre otra cosa, que se programan demasiados festivales y hay que buscar un rasgo distintivo, un alma propia.

–Ahora a todo se le llama festival, metes cuatro grupos en un cartel y lo nombras, yo qué sé, Festival Music. Para llamarlo festival debes tener un gran presupuesto, proponer una experiencia que no puedas vivir en otro sitio, cuidarlo todo. Tú no puedes estar en el Alfonso XIII, que es una maravilla, y que al lado haya un hotel lleno de mierda al que le ponen también cinco estrellas. Pues algo así pasa con los festivales, que es un ámbito que no está controlado. Una discoteca, unas carpas mal montadas, no te ofrecen una experiencia. Una experiencia es algo bien hecho, y eso cuesta dinero.

Sebastián Yatra, en un concierto del Concert Music Festival de 2023. Sebastián Yatra, en un concierto del Concert Music Festival de 2023.

Sebastián Yatra, en un concierto del Concert Music Festival de 2023. / Germán Mesa

–El Concert Music Festival, en el poblado de Sancti Petri, se ha convertido en un clásico del verano en apenas unos años. ¿Tuvieron tan claro desde el principio que la apuesta funcionaría?

–Nosotros antes nos habíamos inventado un festival en Cádiz, en el Castillo de San Sebastián. Formamos una en dos años que fue impresionante, pero llegó otro Gobierno municipal y se cargó aquello. Un compañero de la SER me puso en contacto con José María Román, el alcalde de Chiclana, pero yo antes me llegué a Sancti Petri y me quedé maravillado, qué pedazo de sitio. Yo tenía los números muy claros, y se lo dije al alcalde: aquí van a venir los mejores músicos que no sean de grandes aforos, y vamos a tener la mejor campaña de marketing que se haya hecho en la música en España. Tanto fue así que al segundo o tercer año ya teníamos la marca consolidada. Lo bonito del Concert es que en Chiclana tienen un alcalde que es un crack, todas las fuerzas políticas están unidas al proyecto, y cada año ves a la Policía, a los bomberos, a los ciudadanos entregados. Ese cariño es más fuerte que el mayor patrocinio que podamos conseguir.

–Ustedes presumen de no molestar a los artistas, de dejarlos tranquilos en los camerinos.

–Les enseñamos los productos que hay en Cádiz, los vinos de España, les explicamos cómo se cuecen los langostinos, pero no agobiamos. Es emocionante cuando alguien como Ludovico Einaudi se lleva un jamón, ver que se van encantados. Y esa leyenda de que son caprichosos no es verdad. Hay algunos que tienen contratos con 60 cláusulas, pero eso es para los productores malos. Sting no quiere nada, ni Marc Anthony, porque ya lo tienen en sus casas y en los hoteles a los que van. Lo que desean es que se trate bien, con educación, a los técnicos y a los músicos, y eso lo hacemos. El otro día nos llamó Laporta porque Ronnie Wood, de los Rolling Stones, estaba interesado en El Barrio, y vino a verlo y se portó como un campeón.

"El cariño que Chiclana le tiene al Concert Music Festival es más fuerte que el mayor patrocinio”

–Sus hijos, Rafael y Déborah, trabajan con usted. ¿Le han ayudado a renovarse, a entender qué gusta a las audiencias jóvenes?

–Sí, me han ayudado. Pero además yo soy de calle, no me quiero quedar encerrado en casa. Casi igual me gusta la música electrónica que la música en directo. No soy nostálgico. Estoy pendiente de lo que hace gente como Quevedo, al que tuve en Mairena ante 10.000 personas, o Aitana, cuya primera gira llevamos con Universal. Todo ha cambiado, y los que nos dedicamos al entretenimiento, los que vendemos diversión, nos tenemos que renovar y debemos estar al día.

–¿Cómo vivió el parón del Covid? ¿Pensó en tirar la toalla?

–Yo creí que la normalidad iba a tardar más, pero lo viví sin angustia. Y eso que cuando arrancó todo yo tenía gira de El Barrio, de El Arrebato, el Concert Music a la venta… Empezamos a devolver las entradas con una sensación rara. Yo pensé entonces en exportar pescado, el pescado de Sanlúcar, en cajitas pijas, y con la estructura de marketing que tenemos… Pero un día, como los cines tenían un aforo para 150 o 200 personas, me inventé el Cabaret Festival, para un público reducido. Los tres artistas que se lanzaron al ruedo fueron Pablo López, Ara Malikian y El Kanka, que rebajaron los cachés y lo pusieron muy fácil.

–En Sevilla, además del Cabaret Festival, que se celebra en Mairena del Aljarafe, promueven las Noches de la Maestranza. ¿Cómo surgió ese proyecto?

–Organizábamos también conciertos en Sevilla, pero en el Auditorio Rocío Jurado. Cuando el auditorio desaparece hablamos con Antonio Muñoz, entonces concejal de Cultura, para ver si encontrábamos algún espacio, pero fue Ramón Valencia el que confió en nosotros. El sitio es impresionante. No podemos jugar con las marcas, porque las marcas no entran en la Maestranza, y además es un monumento histórico. Todo lo que hagamos es muy caro, pero merece mucho la pena. Nosotros cada día trabajamos para hacerlo mejor.

"Traer los Grammy Latinos a Andalucía es la apuesta de ‘marketing’ más barata que se pueda imaginar”

–¿Qué le parece que los Grammy Latinos se celebren en Andalucía?

–Es asombroso que hayan salido de Las Vegas, con 200.000 plazas hoteleras, donde está el juego, donde está la diversión. Que hagan un cambio tan radical y se vengan a España. Propiciar que la gente venga del otro lado del charco, que coja otro avión en Barcelona, que vengan para acá...Todas las instituciones, la Junta, el Ayuntamiento anterior y este, han tenido dos cojones. Es la apuesta de marketing más barata que podía haber hecho Sevilla, por mucho que digan. Universal, Warner, Sony, Amazon, Spotify... vamos a estar todos. Y Concert Music Festival con su fiesta en la Plaza de San Francisco. Nosotros conocemos bien la música latina: esta edición pasada tuvimos a los mejores artistas.

–La instalación de una gran carpa en la Plaza de España de Sevilla para una de las actividades paralelas de los Grammy Latinos, un festival promovido por Universal, ha dado que hablar estos días. ¿Qué opina del uso para conciertos de espacios turísticos?

–Yo veo bien que podamos estar todos allí dando música en una de las plazas más bellas de Europa. Eso es un privilegio. No me voy a meter en si X tiene que estar o no tiene que estar, eso son decisiones de los políticos y un tema que concierne a los ciudadanos. Pero es verdad que si me voy al Coliseo de Roma y me encuentro unos hierros para un concierto un día y el otro, y no me puedo echar la foto, oye, pues a lo mejor no vengo más. Lo que opino es que no hace falta tener treinta días la Plaza de España ocupada con una misma propuesta, como sucede con otros festivales, y que esas situaciones tienen que estar reguladas, porque todos los promotores tenemos derecho a hacer los conciertos en el mejor sitio del mundo. Muchos artistas no vienen aquí porque no les dan opción. Tuvimos a Robbie Williams en Marenostrum Fuengirola, pero no encontramos un espacio idóneo para Sevilla. El lunes o el martes vamos a desvelar un nombre internacional para el Estadio Olímpico, y hoy [por el jueves] hemos anunciado a Camilo. Imagínate, ¿a Camilo no le habría gustado la Plaza de España?

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