Clásico y con la palabra como principio y final. Así ha sido el pregón que el cofrade gaditano Jesús Devesa Molina ha ofrecido en la mañana de este Domingo de Pasión para anunciar una Semana Santa de la que, pese a no conocer en la calle por cuestiones laborales, ha dado sobrada cuenta a través de numerosos detalles y referencias de quien se ha sumergido en las raíces cofrades de la ciudad para dotar de contenido un verso impecable.

A nadie cogió por sorpresa, ya que el pregonero cumplió con su anuncio de ofrecer una proclama tradicional y cronológica, en la que el verso y la prosa fueran los protagonistas, alejados de exornos que distrajeran la atención de lo fundamental, un mensaje profundo, cofrade, comprometido y cristiano que llegó al numeroso auditorio que se dio cita en el Teatro Moderno gracias, entre otros motivos, a la lírica de un discurso bien hilado y con la pasión del que siente lo que ofrece.

Advertido también estaba el respetable tras la presentación que del pregonero hizo Gema Freire, compañera cofrade y de los medios de comunicación gaditanos del protagonista, quien ya en los primeros compases del acto avisaba de la capacidad de Devesa para sumergir a la audiencia en olores, imágenes y sensaciones dibujadas a través de su palabra, en la que a menudo resultaba difícil diferenciar el paso de la prosa al verso y viceversa.

El pregonero hizo varios guiños a la Hermandad del Amor, con la que le une un vínculo especial

Con un proemio apasionado e intenso y con el que despertó las primeras palmas del auditorio, Jesús Devesa no quiso empezar el orden cronológico por el que discurrió su pregón a lo largo de las diferentes corporaciones chiclaneras sin tener unas palabras para los grupos parroquiales de la ciudad, y en especial para el del Cristo del Perdón, que en breve se convertirá en nueva cofradía chiclanera y al que aconsejo, por encima de todo, evangelizar como motivo principal de su existencia.

No estuvo tampoco exenta de mensaje su exaltación, dejando pinceladas a lo largo de la misma en las que conectaba la necesaria vinculación de lo efímero y estético de los próximos días con el fin último y la razón de ser de las hermandades, para lo que no dudó en poner de ejemplo a una de las cofradías con las que más vinculación tiene en la ciudad, la del Amor, a cuyo titular exaltó hace ya un lustro. De ella alabó su "impecable trayectoria de compromiso y caridad en el barrio del que forma parte", unas cualidades necesarias siempre para quien debe tener el verbo 'amar' por encima de todas las cosas, pregonó.

Gesto del pregonero durante su intervención.

El resto de hermandades también tuvieron su momento, y para cada una de ellas dedicó las más cuidadas palabras, haciendo gala de una amplia experiencia ya en estas lides y a la que acompañó de la necesaria pasión para llegar a cada uno de los asistentes a un prólogo de la Semana Santa que finalizó con el auditorio puesto en pie.

Así se lo reconoció al término del pregón el presidente del Consejo Local de Hermandades, Juan Rodríguez–Tenorio, quien ensalzó las formas empleadas y, por encima de ellas, el mensaje que había dejado para afrontar la Semana Mayor con la predisposición más adecuada.

Tras este prólogo de altura, que cumplió las expectativas de cuantos asistieron al acto, la ciudad se prepara ya para afrontar una última semana previa a la Semana Santa en la que los cultos de la Hermandad de Vera Cruz y los besapiés y besamanos del próximo viernes día 12 serán el epicentro de unas celebraciones en vísperas de las salidas procesionales.