"Un río subterráneo", así denominó el alcalde, José María Román , los trabajos de canalizaciones de pluviales que se instalan desde la Rana Verde hasta la trasera de la urbanización Los Gallos. El regidor visitó ayer las obras, donde aprovechó la ocasión para destacar la importancia de esta actuación, porque en un futuro cercano las aguas de lluvia no se acumularán en esa zona debido a los grandes marcos de hormigón y colectores que se están colocando con objeto de evitar inundaciones como las del pasado invierno.
Aparte del montaje de esos inmensos marcos, justo detrás del hotel Los Gallos se está habilitando una especie de 'desembocadura' que enlaza con una gran balsa artificial, que a su vez conecta con los esteros de Carboneros, que sería el destino final del agua de lluvia.
Román mostró el pequeño desagüe, de 1,5 metros de ancho, que existe junto al Hotel Los Gallos por donde transcurría el agua procedente de la Laguna de la Rana Verde. Ahora, matizó, con los gigantescos cajones de hormigón se amplía de manera descomunal la capacidad de desalojo.
En este sentido, los espectaculares marcos cuenta con unas dimensiones de 4x2 metros y con capacidad de recoger todas las aguas pluviales de la Rana Verde, Los Gallos y núcleos residenciales cercanos para conducirlas hasta la salina de Carboneros, un espacio suficiente para recibir todo el agua de lluvia de la zona.
La colocación de estos marcos se efectúa entre la glorieta del futuro centro de salud y la urbanización de los Gallos. El regidor ha podido conversar con varios vecinos, quienes le han mostrado su satisfacción por las obras, que acabarán con los problemas de inundaciones que se dieron el pasado año, debido a las lluvias torrenciales. Román también ha agradecido a un residente en la zona, Antonio Fernández, su solidaridad y cooperación, puesto que ha accedido a que se le derribe parte de su propiedad para que se instalen los grandes cajones subterráneos.
"Cualquier persona que pase ahora por aquí, como ya lo están haciendo los vecinos", afirmó José María Román, "puede advertir la relevancia de esta obra. No se trata de meter unos tubos para mejorar la infraestructura sino de unos espectaculares cajones, con cuatro metros de alto y dos de ancho por donde correrán las aguas pluviales. La diferencia entre el antes y el después es enorme".
El Ayuntamiento estima que esta actuación tenga una duración de unos 60 días. Las obras conllevan abrir prácticamente la totalidad de estos viarios de uno a otro margen, lo que obliga a los mayores esfuerzos tanto para la restitución del resto de servicios subterráneos, que deben desviarse, como para reducir la incidencia en el tráfico rodado en la superficie. Por este motivo, la carretera de La Barrosa, la calle Albatros y colindantes serán objeto de cortes a partir de la segunda quincena de este mes, para lo que la delegación de Tráfico ya ha preparado un plan de tráfico.
El Consistorio asegura que dichos cortes serán indicados para propiciar el menor perjuicio a conductores y residentes. Añade que las actuaciones se han programado de forma que permitan a establecimientos comerciales cercanos como Supersol y Mercadona seguir funcionando con normalidad. Además, ayer se abrió al tráfico el tramo de la carretera entre el Mercadona y el futuro centro de salud de Los Gallos cerrada durante semanas por obras.
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