Fiestas | Domingo de Carnaval

Remolino convierte su pregón en un canto a la esencia de Chiclana

  • El comparsista gaditano da especial protagonismo a las agrupaciones y carnavaleros locales

  • La carpa se quedó pequeña ante la masiva afluencia de público

!pregonero, pregonero, pregonero...¡, así fue recibido Kike Remolino por el público que acudió ayer a la carpa del Anfiteatro de la Alameda del Río, donde el comparsista y chirigotero gaditano pronunció el pregón del Carnaval de Chiclana en una auditorio que quedó pequeño ante la gran asistencia de personas que no quisieron perderse este acontecimiento.

Kike Remolino estuvo a la altura. Quizás uno de los mejores pregones que se han puesto en escena en Chiclana. Muy trabajado y con especial protagonismo para las agrupaciones chiclaneras que subieron al escenario en el transcurso de esta especial cita carnavalesca. El pregonero, disfrazado de capitán lobo de mar, o al menos eso parecía, conectó desde el primer momento con el público. La orquesta Caballati le acompañaba en los primeros compases. Fue de menos a más, porque reconoció su nerviosismo antes de lanzarse a pronunciar el pregón.

El comparsista gaditano comenzó su historia situándose en el muelle de Cádiz, donde desembarcan los 'guiris' de los cruceros para hacer turismo e invitó a uno de ellos a visitar las bodegas chiclaneras. Fue en ese momento cuando apareció ese guiri despistado encarnado por el periodista Luis Miguel Rossi, quien hizo un papelón y arrancó las risas de los asistentes. Además, David Olmedo, de la chirigota local 'La familia Verdugo', se incorporó a la parodia disfrazado de campero chiclanero e hizo de cicerone para recorrer las bodegas de Primitivo Collantes, Barberá, El Sanatorio, Vélez y, por último, la de Miguel Guerra situada en la calle La Plaza.

Como es de imaginar, el 'colocón' de vino del guiri, que se hacía llamar 'Richard Rones' en referencia a los chicharrones, fue mortal. Remolino conducía su pregón con buenos golpes de humor y acompañado de las ocurrencias de Olmedo y Rossi, quien en principio recorría las bodegas a bordo de una bici hasta que el caldo chiclanero le hizo efecto. Precisamente, Remolino dedicó un pasodoble al trabajador chiclanero que se desplazaba antiguamente en bicicleta para ir al trabajo, copla que supuso nuevos aplausos del público, que no fueron pocos a lo largo de su intervención.

Además, recordó las inolvidables noches de Carnaval de la Peña Perico Alcántara en verano "algo que se debería recuperar. ¿Verdad?", decía el pregonero mirando fijamente y de manera irónica al alcalde, José María Román, quien se encontraba en los asientos próximos al escenario.

El pregonero cumplió con su palabra porque con anterioridad anunció que contaría con las agrupaciones chiclaneras en su pregón. Y así fue. Por las tablas de la carpa pasaron la comparsa local 'Se buscan valientes', de José Manuel Parra; la chirigota 'La familia Verdugo', de David Olmedo; 'El Gran Bazar', de la Peña Hombres del Campo; 'Los sirenitas', de los Molina, y la chirigota infantil 'Un año dándole vueltas al tipo', de Jesús Palacios. Y para darle más protagonismo a Chiclana también cantó la joven Esmeralda, nieta de Rancapino, quien con su arte encandiló al público.Pero también hubo un hueco para la comparsa del propio pregonero: 'Los campaneros', quienes cautivaron a los asistentes con un pasodoble con fuerza y altas dosis de emotividad.

Y para darle más vida al Carnaval de Chiclana, Kike Remolino tuvo un último detalle al despedirse en el escenario con componentes de las agrupaciones locales. El pregón acabó tal y como comenzó, con la gente gritando !Pregonero, pregonero, pregonero...¡.

El personal salió más que satisfecho de la carpa, si bien hubo alguna que otra crítica por lo ajustado de las instalaciones, ya que muchas personas apenas pudieron seguir el pregón.

Pero a esta cita se sumó otra, esta vez por las calles del centro con la presencia de las chirigotas callejeras. Merece un capítulo aparte estas agrupaciones porque dieron el callo y supieron captar la esencia del Carnaval. Su recompensa: los aplausos y las carcajadas de la gente. Así, el grupo Pazocalle de la Peña Perico Alcántara con su agrupación 'Centro de salú Pago de la Rana (de médico hay que tené gana)' , disfrazados de sanitarios del centro de salud de los Gallos, conquistó al público con sus cuplés y pasodobles al igual que el 'Gran Bazar' de la Peña Hombres del Campo, una chirigota que demostró su con creces experiencia carnavalesco. Ambas muy recomendables.

Además, las agrupaciones locales también actuaron en la carpa del Anfiteatro de la Alameda del Río y por los alrededores se concentraban una gran afluencia de personas que disfrutaban de las degustaciones gastronómicas. En resumen, la jornada de ayer dio realce a las fiestas carnavalescas sin que tuviera nada que ver con la del sábado en la que ambiente brillaba por su ausencia. De momento, y a la espera, esto es lo que ha dado el Carnaval de Chiclana.

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