Conil llora la muerte de Dolores Amaya
Miles de personas asistieron ayer al funeral de la joven conileña Dolores Amaya Ramírez que fue asesinada la noche del pasado jueves en Chiclana cuando se disponía a cerrar la tienda de colchonería en la que trabajaba. A las once de la mañana se inició la celebración de una misa en la iglesia de Santa Catalina de Conil, frente al Ayuntamiento, que quedó pequeña ante la multitud de vecinos que acudió al sepelio y que se agolpó en una plaza a las puertas del templo, ya que hasta la población también se desplazaron numerosos chiclaneros. La rabia, la impotencia y la incomprensión por la muerte de la joven se palpaba en el ambiente, mientras que familiares, amigos y conocidos de la fallecida lloraban desconsolados y con amargura la pérdida de Dolores, que tan sólo contaba con 24 años.
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