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La espátula común, un espectáculo migratorio en la costa de Cádiz

Dos aves espátulas sobre una balsa de cultivo

Dos aves espátulas sobre una balsa de cultivo / Grupo Joly

Entre Chiclana y Conil se encuentra el corredor migratorio 'playa de La Barrosa-Cabo Roche', considerado el más importante para la observación de espátulas entre la Península Ibérica y África. Está situado en la Vía de Vuelo de Atlántico Este y se trata de un lugar estratégico para la observación de estas aves migratorias, ya que este punto concentra el paso de más de 20.000 Espátulas comunes.

Este hecho atrae a miles de turistas cada año ya que es uno de los pocos lugares donde puede observarse el paso de estas especies. Estas grandes aves cuentan con 120 cm de envergadura y según informan los paneles informativos de la zona, estuvieron casi extintas a mediados del siglo XX. Actualmente estas especies han recuperado sus poblaciones gracias a los programas de manejo y conservación de la especie y sus hábitats naturales. Su salto hacia África se ha convertido en un espectáculo natural único, ya que estas especies realizan el paso migratorio en busca de lugares de invernada en Mauritania y Senegal desde el corredor La Barrosa-Cabo Roche.

Imagen de archivo de un avistamiento en la Torre de la Loma del Puerco Imagen de archivo de un avistamiento en la Torre de la Loma del Puerco

Imagen de archivo de un avistamiento en la Torre de la Loma del Puerco / Grupo Joly (Chiclana)

Observar el paso de estas especies es un espectáculo único ya que la espátula común posee en Europa dos núcleos principales de reproducción. Uno es en la Península, principalmente en el Golfo de Cádiz, con colonias famosas como las "pajareras de Doñana" y las que también existen en las salinas del Parque Natural Bahía de Cádiz. El otro núcleo se encuentra en Holanda, aunque también existen colonias en Bélgica, Alemania, Francia y Gran Bretaña, entre otros lugares de Europa.

Estas aves migratorias realizan su viaje hacia África desde finales de julio hasta noviembre. Según informa el panel informativo de este corredor migratorio en la playa de La Barrosa, las aves ibéricas son las primeras en realizar el viaje hacia África hasta mediados de septiembre y luego lo hacen las aves norte-europeas. El mejor horario para observarlas es de 10:00 a 13:00 horas, y entre las recomendaciones aconsejan estar atentos a su vuelo al ocaso del sol que es cuando parecen aves rosadas gracias al reflejo del sol, recordándonos a las espátulas de Sudamérica.

No es difícil observar su vuelo ya que viajan bajas, y cuando vuelan casi a ras del mar, parecen tocar las olas. Cuando viajan en bandos, frecuentemente de 30 o 40 aves, pero a veces hasta 200, forman largas líneas o formas de "V" que parecen barrer la playa en toda su anchura.

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