Una vez más la provincia gaditana ha desplegado todo su arsenal de encantos para despertar el interés turístico e internacional en FITUR. La que ha sido nombrada Ciudad Gastronómica 2024 ha presentado un vídeo homenaje al Conil que ha evolucionado y progresado; pero manteniendo su esencia como pueblo costero de Cádiz.

El vídeo presentado por el Patronato Municipal de Turismo ha cautivado los corazones de los vecinos de Conil ya que pone en valor las raíces de este municipio gaditano tan ligado al mar. Lo ha hecho de una forma muy original, y actual. Y es que Rocío le lanza una pregunta a ChatGPT de ¿cómo era Conil? para que la Inteligencia Artificial le de una respuesta sobre la historia de este municipio de la costa de Cádiz.

“Conil de la Frontera es una pintoresca localidad con una rica historia que se remonta a tiempos antiguos. Aunque la información precisa sobre los primeros asentamientos en la zona es limitada, se sabe que Conil ha estado habitado desde la Edad del Bronce, como demuestran los restos arqueológicos encontrados en la región. Durante la dominación romana, Conil fue un importante enclave comercial gracias a su estratégica ubicación en la costa gaditana”, responde ChatGPT.

Continúa su respuesta: “Con la llegada de los visigodos y, más tarde, la invasión musulmana en el siglo VIII, Conil experimentó cambios significativos en su estructura urbana y cultural. Durante la época islámica, la localidad adoptó el nombre de “Konil” y se convirtió en un importante centro agrícola y pesquero. Las calles estrechas y el trazado laberíntico de la medina árabe aún influyen en la disposición del casco antiguo”.

Tal y como podemos leer en el inicio del vídeo promocional “Conil, la esencia que permanece”, la Inteligencia Artificial hace un breve resumen de la historia de este municipio de la costa de Cádiz. El uso de esta herramienta digital está cada vez más extendido entre los jóvenes ya que te da una respuesta inmediata de cualquier materia, pero en este caso, una de las protagonistas del vídeo decide conocer cómo era Conil a través de los recuerdos de su abuela.

“Conil olía a mar, a salitre, a muchas flores que adornaban las paredes de las casas. Sabía a atún, a sardinas asadas, a chocos, a salmonetes, a borriquete… Olía también a huerta, las verduras de Conil tenían mucha fama. Los jóvenes nos reuníamos en las playas, contábamos los días que nos quedaban para que acabara el colegio y así llegaba la feria. Entonces preparábamos los caballos y nos íbamos al Colorado”, concluye la protagonista de esta historia.

Maravillas que siguen estando presentes en la actualidad y que se hereda de una generación a otra. Con este mensaje se vuelve a hurgar en las raíces de Conil para poner en valor que aguarda una esencia que permanece con el tiempo.