El gol que Alfredo Ortuño firmó en el minuto 93 del encuentro contra el Huesca, providencial para arañar un empate de valor incalculable frente a un rival directo en la dura lucha por el acceso a la fase de ascenso, rompió la sequía que el Cádiz arrastraba en las segunda partes en el último mes y medio. El equipo amarillo, que acostumbraba a marcar la mayoría de sus tantos después del descanso, se desvió del camino y le pesaba el lastre de seis partidos consecutivos sin alojar el balón en la portería contraria en los segundos 45 minutos hasta que se produjo el oportuno zarpazo del delantero en El Alcoraz en el instante final del partido, justo antes de sumar otro capítulo más sin perforar la portería en el periodo en el que se suelen decidir los partidos.

Entre las jornadas 28ª y 33ª, la media docena de dianas que certificó el equipo amarillo se cocinaron siempre durante la primera mitad: la de Salvi ante el Real Oviedo en el Carlos Tartiere, la que hizo Álvaro García en casa contra el Rayo Vallecano, la de Ortuño y del utrerano en el estadio del Girona, la de Eddy Silvestre frente al UCAM Murcia en la Condomina y la del yeclano en la cita con el Lugo en el Ramón de Carranza. Todas en el primer acto. Ya no hubo más tras el regreso al terreno de juego.

El Cádiz parecía haber perdido fuelle porque mientras dejaba de marcar en las segundas partes de esas jornadas en esos mismos tramos recibía cuatro goles a los que ya no ofrecía respuesta. El atasco era evidente.

Hay que remontarse al capítulo 27º, desarrollado el pasado mes de febrero, para encontrar tantos de los gaditanos una vez superado el intermedio. Fue en la productiva visita a Los Pajaritos, cuando los tres goles del contundente triunfo (0-3) en Soria frente al Numancia llegaron en la segunda parte obra de Jesús Imaz, Ager Aketxe y Salvi.

De los 15 tantos anotados por los jugadores amarillos en los 14 episodios completados de la segunda vuelta, nueve los concretó en la primera mitad y seis en la segunda, una tendencia del todo opuesta a la línea trazada en la primera vuelta, cuando sus 30 tantos los distribuyó con 21 veces en la diana después de la reanudación y sólo en nueve ocasiones antes de que el colegiado de decretara el obligado descanso.

En el cómputo global de las 34 jornadas de Liga, las segundas partes del Cádiz siguen siendo más productivas. De los 45 goles marcados, 27 los protagonizó en las segundas partes frente a los 18 de las primeras mitades.