Diez claves del fracaso del Cádiz CF

El conjunto amarillo llega a la recta final de temporada con la misión de evitar el descenso

Luis Hernández cumple 36 años en una complicada situación en el Cádiz CF

El Cádiz en un entrenamiento.
El Cádiz en un entrenamiento. / Cádiz CF
J.J.N.

15 de abril 2025 - 09:42

Cádiz/El Cádiz CF descendió la pasada temporada a Segunda División y en buena lógica portaba la etiqueta de favorito al ascenso por su teórico potencial deportivo y económico. Sin embargo, no tardó en demostrar que no estaba capacitado para aventuras ambiciosas. Todo lo contrario.

El hecho de que el conjunto amarillo haya quedado descabalgado de la pugna por el ascenso con tanta antelación, que haya dilapidado una segunda oportunidad y además y se vea enredado en la fastidiosa contienda por la permanencia supone un fracaso sin paliativos con el agravante de que son dos temporadas consecutivas resueltas con un fiasco. En el caso de la 2024-25, es poco probable pero aún puede tener un desenlace catastrófico si baja a Primera Federación.

El club se sumerge en un largo periodo de crisis de momento sin fecha de caducidad. Estas son diez razones del fracaso del Cádiz CF en el curso que aún no ha terminado:

-Plantilla sobrevalorada: Buena parte del grupo procedía de la élite y por ello estaba visto como candidato al ascenso. La entidad apostó por una base de Primera que demostró con creces porque había descendido. El objetivo era el inmediato regreso a la élite. De poco sirvió que el club tuviese el límite salarial más elevado. Los jugadores menospreciaron la categoría, todavía se creían que eran de Primera y cuando se dieron cuenta había tirado la campaña a la basura.

-El primer entrenador: La apuesta por Paco López parecía razonable, pero a la hora de la verdad salió rana. No hubo conexión entre el plantel y un técnico que no llegó a dar con la tecla. El equipo se desenvolvió con una extrema endeblez que le condujo a un continuo sufrimiento en la parte baja de la clasificación, con incursiones en la zona de descenso que no presagiaban nada bueno.

-El club tarda en reaccionar: Era una evidencia que el equipo no funcionaba ni iba a salir a flote porque lo había demostrado con insistencia, pero los rectores de la entidad dilataron tanto la decisión de dar un giro que cuando lo hicieron el gran objetivo de la temporada se había echado a perder en un alto porcentaje. Después de 18 jornadas, 18 puntos y en la 19ª posición, el conjunto amarillo había perdido mucho tiempo. Esa fue una de las grandes claves del fracaso.

-Pésimo mercado de invierno: Gaizka Garitano se hizo cargo de un equipo hundido y se encontró el enemigo en casa cuando el club hizo caso omiso a sus peticiones para reforzar la plantilla en el mercado de invierno. El técnico pidió efectivos en ataque pero sólo llegaron dos zagueros. Con su pasividad, el club pareció dar el mensaje de que renunciaba al ascenso salvo que sonase la flauta. La renuncia a fortalecer el equipo se puede considerar como otra de las claves del enorme descalabro.

-Oportunidad perdida: El Cádiz CF remontó el vuelo guiado por el nuevo entrenador. La novedosa solidez del bloque permitió la entrada en una buena racha hasta entonces desconocida (diez partidos seguidos sin perder) con la que saltar desde la zona de descenso hasta el sector templado de la tabla. Pero cuando llegó el momento de dar un paso más, el equipo frenó súbitamente su producción y perdió la última ocasión que tenía de engancharse a la pelea por el ascenso. Segundo varapalo.

-De la ilusión a la decepción: El Cádiz CF pasó de soñar de nuevo con el ascenso a verse atrapado en los bajos fondos. Un sonoro fracaso quedarse en abril fuera de la lucha que se libra las alturas y encima con la permanencia aún no resuelta.

-Bajo rendimiento de los jugadores: Javier Ontiveros ha causado sensación (su fichaje fue un acierto) y es de los pocos que se libran del nefasto recorrido. Buena parte del plantel ha estado muy por debajo del nivel que se esperaba.

-Distanciamiento entre el club y la afición: El Cádiz CF es un sentimiento y su situación actual provoca enfado, decepción y hasta indiferencia. Los hinchas quieren a su equipo pero la sensación es que muchos (quizás una mayoría) no están nada contentos con la trayectoria y con la gestión de los dirigentes. La temporada empezó mal con aquellos burofaxes que el club envió a seguidores, la falta de respeto institucional por la ausencia del club en la presentación del Trofeo Carranza, la política de precios de los abonos y las entradas de los partidos… El mal ambiente generado vas más allá de la errática marcha del equipo.

-Los responsables: Como jefes que son, la nefasta temporada del Cádiz CF tiene como principales culpables a Manuel Vizcaíno y Rafael Contreras. No han sido capaces de dotar al club de un proyecto deportivo que dé resultados. No hay crecimiento y sí retroceso. El más que posible descenso del filial a Tercera es otra muestra más.

-La economía: La entidad cadista partía con una teórica ventaja sobre los demás por la compensación millonaria que recibió de LaLiga por el descenso después de cuatro años en la máxima categoría. A la vista está que no empleó de manera adecuada los recursos económicos. Es posible que se tenga que enfrentar a un severo ajuste el curso venidero con una nueva reducción del presupuesto.

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