Cádiz CF

El Cádiz CF se viste de rey mago en Mestalla (0-1)

Iza Carcelén impide el paso a Diakhaby en un lance del partido.

Iza Carcelén impide el paso a Diakhaby en un lance del partido. / Juan Carlos Cárdenas/Efe

El Cádiz CF retrasó seis días las campanadas de año nuevo con un auténtico aldabonazo en Mestalla que pocos esperaban. Un regalo de Reyes a todo el cadismo  un golpe sobre la mesa que alimenta el sueño de la salvacion. Venció 0-1 en el terreno del Valencia por segunda vez en su historia, 34 años después de la primera, y abrió 2023 de la mejor manera posible, con tres puntos de oro que compensan el empate en casa contra el Almería.

El conjunto amarillo lo bordó en defensa con un desempeño colectivo que desactivó a un Valencia que no pasó de una alta intensidad que se estrelló contra un muro. El madrugador gol de Rubén Alcaraz fue suficiente para abrazar un triunfo que era muy necesario. Gol, defensa, tres puntos que son oro, incienso y mirra. Y de premio, durmió fuera de la zona de descenso a la espera del desarrollo completo de la 16ª jornada.

Sergio González decidió empezar con tres centrocampistas con la idea de atesorar en la medular la fortaleza de la que careció en el anterior choque frente al Almería. Álex Fernández actuó en la doble función de trescuartista y ayudante en lamedia.

Igualar la intensidad de los locales era el primer paso para disponer de opciones de salir vivo de Mestalla. A ellos se pusieron los amarillos, que además de defenderse con todo y con todos no tardaron en cobrar ventaja en el marcador con una contra de manual.

El mérito del gol tempranero se lo repartieron entre los dos Rubén, Sobrino y Alcaraz. En el minuto 8, el primero se internó por la derecha, desbordó a Ilaix Moriba con velocidad y cambios de ritmo, bordeó la línea de fondo y ya dentro del área asistió atrás para que el segundo soltase un derechazo desde la frontal con el que alojó el balón en la portería valencianista a media altura junto a un poste.

El jugadón de Sobrino y la precisa definición de Alcaraz se tradujeron en el 0-1 que dibujó un panorama esperanzador aunque con mucha tela aún que cortar.

Los de casa trataron de replicar con inmediatez, pero se toparon con un rival ordenado, con la líneas pegadas, sin dar respiro. El primer susto, en el 16, fue producto de un mal despeje de Jeremías Conan Ledesma que dejó el balón suelto en su área antes de que fuese despejado por la zaga.

El guión quedó definido con transparencia. Los visitantes se metieron en su parcela por voluntad propia por el empuje del cuadro che, cedieron el espacio y el cuero a su oponente y buscaron el recursos del contragolpe que casi otorgó un nuevo premio. En el 18, Lozano entró por la izquierda como un cuchillo en la mantequilla, centró al corazón del área y Alcaraz irrumpió con un zurdazo y el balón por encima del larguero. Una ocasión muy clara.

El partido se convirtió una dura batalla con un enorme despliegue físico que puso a prueba la resistencia de los amarillos, ordenados en su terreno con el empeño de seguir por delante. La superpoblación de efectivos en la zona trasera dificultó la maniobrabilidad de los locales, aunque los gaditanos dejaron de tener la pelota salvo en un disparo de Lozano a las manos del cancerbero (en el 40). Pese a que la posesión fue mayor para el Valencia, los que generaron peligro fueron los foráneos.

Todo quedó a expensas de la destrucción en la recta final de la primera parte con el objetivo de arribar al intermedio con el triunfo por la mínima de un valor incalculable. En el alargue, los amarillos tuvieron cerca el segundo tanto tras un prolongación de cabeza de Alcaraz después de un saque de esquina.

Y en la última acción justo antes del descanso, González Fuertes no quiso saber nada de un pisotón de Diakhaby a Lozano dentro del área. Existió el contacto y hubo penalti, pero el VAR no intervino (sí lo hizo ante el Almería para la anulación de un golazo de Brian Ocampo) y todo quedó en nada. Un penalti al limbo y un nuevo maltrato arbitral a un Cádiz CF que una vez más comprobó que no sólo no le van a regalar nada sino que le van a quitar.

Segunda parte

Al Cádiz CF le quedaba lo más difícil en la segunda mitad en la que era previsible una oleada del Valencia, que se movió arriba con Samuel Lino por el centro junto a Cavani y Kluivert y Samu Castillejo en las bandas. La eficacia defensiva era fundamental para continuar con ventaja. En el 49, Ledesma atajó respondió con seguridad al primer remate de la reanudación. Replicó Iza Carcelén con un cañonazo lejano que se escapó fuera.

Como era de esperar, los anfitriones fueron a por todas en ataque y dejaron huecos a su espalda propicios para la velocidad de Lozano, que volvió loco a los centrales aunque demasiado solo.

El choque se adentró en la media hora definitiva en la que el aspecto físico iba a ser decisivo. El desgaste era mayúsculo y afloraron los nervios, sobre todo en el bando local. La tensión fue en aumento, paralela al paso del tiempo y con un creciente acoso de los locales.

El Cádiz CF intentó que no pasara nada, que se jugase lo menos posible mientras se afanó en las labores defensivas. En el 68, Ledesma evitó el empate con una gran parada tras una volea de Gayá desde la ventana del área. La ocasión fue el prólogo del arreón agobiante de los de Gennaro Gattuso mientras Sergio González buscó aire en banquillo con José Mari e Iván Alejo.

André Almeida subió el nivel de los de casa. El sufrimiento de los visitantes estaba garantizado en el esprint final, con el balón una y otra vez en el área cadista sin solución de continuidad, saques de esquina, centros desde los dos lados... Y la zaga con trabajo extra.

Los amarillos aparecieron arriba a cuentagotas, con pocas opciones de hacer el gol de la sentencia y Lozano agotado de tanta carrera. La tensión derivó en duras entradas, como la que sufrió José Mari en el tobillo derecho. Un pisotón de Musah merecedor de roja que sólo en amarilla. Tuvo que ser ayudado a marcharse, no podía apoyar el pie.

La retirada del roteño permitió el estreno oficial de Youba Diarra en un momento delicado, con diez minutos por delante para defender con uñas y dientes. Antes había entrado Raúl Parra en el inicio de su segunda etapa como cadista. Los visitantes resistieron con menos apuros de lo esperado y se llevaron una merecida recompensa.

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