Cádiz CF

De la ilusión a la pesadilla (0-3)

  • El Cádiz CF pasa de un prometedor arranque a sufrir un baño de realidad con tres goles del Real Madrid en diez minutos fatales antes del descanso

Espino y Rodrygo luchan por el balón.

Espino y Rodrygo luchan por el balón. / Jesús Marín

El Cádiz CF tiró por la borda una esperanzadora primera media hora para sucumbir (0-3) ante la pegada de un Real Madrid que, liderado por Karim Benzema, agradeció los regalos del contrario para marcar tres goles en el tramo final de la primera parte de un partido que desde entonces ya no tuvo historia.

Desde el 0-1 fue coser y cantar para el justo vencedor, superior desde entonces con el manejo del balón y del 'tempo'. Fue un pase ante un Cádiz CF que se desmoronó.

Los gaditanos no aprovecharon las numerosas bajas del conjunto merengue y la consistencia inicial se transformó en un coladero en diez minutos decisivos que le dejaron sin opciones.

Hasta llegó a parecer que los de casa iba a tener posibilidades de competir en un buen esprint de salida. La ilusión derivó en una mala noche. Hasta la aparición de los errores que fueron determinantes, el choque fue equilibrado. Con ese pequeño consuelo se queda el equipo pequeño ante un rival de otra Liga.

Perder ante uno de los trasatlánticos no supone ningún drama. El Cádiz CF, lo intentó, se llevó un baño de realidad y a otra cosa. La renta sobre el descenso sigue siendo de nueve puntos. La salvación no pasaba por este partido, sino por el que afronta el sábado en Valladolid.

Álvaro Cervera salió con todo, sin rotaciones, con un equipo dispuesto a plantar cara a un Real Madrid que sorprendió con tres centrales. No se arrugó el humilde, que tardó tres minutos en avisar con un derechazo que no encontró puerta.

El desarrollo en los compases iniciales no se correspondió con el guión previsible. El Cádiz CF se armó hasta los dientes en su parcela pero sin renunciar al ataque. De hecho, llegó a tener posesiones largas de balón y fue el primero en poner el balón entre los palos fue el anfitrión con un flojo disparo de Jairo (minuto 11) sin dificultades para Courtois.

Las sensaciones de los amarillos no pudieron ser mejores en un prometedor arranque. Espacios cerrados, José Mari y Jonsson con mando en plaza en la medular, balones aéreos ganados por Sobrino y Negredo, apariciones por banda de Salvi y Jairo... La pesadilla aún no había comenzado.

El partido estaba bajo absoluto control por parte de los locales hasta que todo se fue al garete en un parpadeo, en la enésima demostración de que los errores se pagan caros, y más ante un adversario poderoso que aprovecha la más mínima que tenga.

Los visitantes ni hacían daño ni daban la impresión de poder derrumbar el muro amarillo, hasta que todo empezó a torcerse desde poco antes de la media hora. El giro fue radical.

En cuatro minutos se le puso el partido muy cuesta arriba a un Cádiz CF que regaló dos goles en el 29 y el 33. Fue el momento clave del partido.

No estuvo nada fino Iza Carcelén, protagonista de dos errores fatales. El primero, con un pisotón involuntario a Vinicius dentro del área que el árbitro no apreció hasta que revisó la jugada en el monitor, tras ser avisado desde el VAR, y señaló un penalti tan tonto como indiscutible.

Benzema transformó la pena máxima con un fuerte lanzamiento que a punto estuvo de repeler Ledesma. A partir del 0-1, con el marcador a favor, los de Zinedine Zidane pasaron el rodillo sin piedad y el Cádiz CF se encogió hasta casi desaparecer del mapa.

Casi sin respiro, Iza Carcelén perdió la pugna dos veces ante Marcelo y Nacho, éste le cedió a Benzema y el francés, agigantado tras abrir la lata, sirvió al segundo palo a Odriozola, que cabeceó al fondo de la portería sin ninguna oposición.

El castigo fue aún mayor antes del intermedio, ya con los locales sobre la lona. En el 39, Casemiro centró al área pequeña y Benzema, habilitado por Iza (deshizo el fuera de juego), no perdonó con un testarazo inapelable más solo que la una.

El 0-3 hizo inservible la segunda mitad, convertida en los minutos de la basura. Los amarillos reanudaron el choque con cuatro caras nuevas: Akapo, Cala, Lozano y Saponjic.

Fali pasó a la media y Sobrino a la banda derecha, sin perder el 4-4-2. Lo intentó el inquilino del Carranza con más voluntad que otra cosa y hasta dispuso de alguna ocasión, como un cabezazo de Lozano (minuto 58) que no fue gol por muy poco.

El duelo había perdido todo el sentido porque un equipo se sentía ganador y el oro perdedor. La distancia en el marcador era abismal. El Real Madrid se desenvolvió con comodidad y aproximaciones peligrosas, sin sufrir ante la obligada presión de los amarillos, ya con Iván Alejo sobre el césped.

No había otro interés que el reloj llegase al minuto 90. Poco importó el partido en una segunda mitad en la que estuvo más cerca el 0-4 que el 1-3.

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