Cádiz CF

El Cádiz CF logra la salvación matemática a lo grande (2-1)

  • El equipo amarillo, fiel a su estilo, vence al Huesca y redondea una gran temporada con la permanencia

Los jugadores del Cádiz celebran uno de los goles ante el Cádiz.

Los jugadores del Cádiz celebran uno de los goles ante el Cádiz. / Jesús Marín

El Cádiz CF puede presumir de repetir como equipo de Primera División la próxima temporada. La merecida permanencia ya es matemática después de vencer 2-1 al Huesca con el estilo inconfundible que le ha hecho llegar hasta los 43 puntos: un eficaz entramado defensivo y el aprovechamiento de las ocasiones. La recompensa está a la altura de la grandeza de un equipo que escribe una nueva gesta en la historia del club.

Le bastó con tirar una vez a puerta para marcar dos goles en la enésima demostración de eficiencia, la que le lleva a quedarse en la élite después de una excelente temporada. De candidato al descenso a salvarse con una holgura impensable.

El equipo se trabajó, como siempre hace, la victoria en este caso sobre un contrincante herido. Casi no le hizo tirar a puerta y lo que sí hizo fue incomodar al oponente hasta doblegarlo.

Al final las rotaciones no fuera tantas. Sólo tres variaciones respecto a la semana anterior, con las novedades de Marcos Mauro, Malbasic y Saponjic y el conocido 4-4-2.

Un punto le hacía falta a un Cádiz CF que arrancó con la misma intensidad que un adversario necesitado, en modo atacante desde el pitido inicial frente a la muralla amarilla.

Fueron los oscenses los que llevaron la iniciativa. Nada que no se haya visto otras tantas veces. Los de casa no tuvieron reparos en replegarse en su parcela con el empeño de robar el balón y buscar la sorpresa con rapidez.

Iván Alejo y Choco Lozano avisaron con centros al área que acabaron en nada, al igual que Javi Galán en el lado contrario. No hubo mucho más hasta el minuto 43, cuando cambió el rumbo del encuentro.

Hasta entonces, un partido aburrido, el constante el acoso de los visitantes y la férrea defensa de los locales, aplicados al máximo en el cierre de espacios con la idea de que nada sucediese. Lo consiguieron durante mucho tiempo.

Ninguno de los dos equipos, cada uno con sus sistema, lograba generar verdadero peligro. No había disparos a puerta. Como mucho, un cabezazo de Rafa Mir con el balón lejos de la portería y otro de Lozano sin opciones de gol.

Fue justo en el ecuador de la primera parte, casi en el minuto 23, cuando el esférico tomó la dirección a puerta con un flojo remate de Rafa Mir a las manos de Jeremías Ledesma. Poco más de sí daba un partido de pocas ocasiones, con un Cádiz CF cómodo atrás sin renunciar a explorar los huecos que dejaban los aragoneses, sobre todo Iván Alejo.

Iza Carcelén, en el 28, fue quien más cerca vio el gol con un derechazo desde la frontal del área que llevó el cuero fuera muy cerca de un poste. Un oasis en el desierto ofensivo.

El cero a cero parecía inevitable al descanso hasta que con la aparición de la lluvia también llovieron los goles. Del tedio a la locura en un pestañeo. Nada había pasado hasta el minuto 43 y desde entonces hasta el 47 (dos de prolongación) el marcador se movió hasta el 2-1 con el que los jugadores se marcharon al vestuario.

En el 43, Los locales sacaron petróleo de un saque de esquina. Lanzó Iza Carcelén, prolongó de cabeza Lozano, el balón rebotó en la espalda de Saponjic y llegó Marcos Mauro, quien definió con la testa para poner el 1-0.

Sin tiempo de poder digerir el primer tanto, Rafa Mir sorprendió con un disparo lejano en el 45 que se coló por encima de Ledesma, que cantó por peteneras.

El 1-1 duró el mismo tiempo que el 1-0: dos minutos. Y es que la primera mitad deparó una vuelta de tuerca de más. En el 47, Fali envió un magistral pase de 50 metros a Malbasic y el serbio, dentro del área, sirvió en bandeja a Lozano pero se anticipó Gastón Silva para marcar en propia puerta sin espacio para el despeje. 2-1 que nadie hubiese imaginado en el minuto 42.

El Huesca jugó a todo o nada en la reanudación y dejó atrás huecos de mayores dimensiones que el agujero de la capa de ozono. En el 48, Saponjic no conectó el remate por milímetros delante de la portería tras un buen servicio de Malbasic, muy activo pero a veces demasiado individualista.

El partido estaba en el contexto que querían los inquilinos de Carranza, con un Huesca volcado con toda su artillería en busca de la remontada y pasillos gigantescos para organizar contras que terminaban de llegar.

El pecado del Cádiz CF fue no aprovechar las concesiones atrás de un rival que arriesgó al máximo y rozó el empate en el 63 con un zurdazo de Siovas que mandó el cuero al poste.

Defender y dejar que el reloj hiciese su trabajo. A eso se dedicó el equipo que tenía ventaja, con problemas para contener a un rebelde Rafa Mir, cerca de volver a sorprender a Ledesma con un nuevo misil desde la lejanía.

Con menos de 20 minutos para el final, Cervera se decidió a meter frescura con la entrada de Jairo, Sobrino y Negredo. Velocidad y pegada para intentar sentenciar y evitar la incertidumbre en la recta final.

Nunca tendrá más espacios como en los últimos minutos, pero las imprecisiones en el último pase cercenaron las posibilidades de un tercer tanto. Jairo falló en el remate (en el 88) con todo su favor.

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